Por Mónica Teresa Müller
Querido Ángel de la Guarda mi abuela siempre me dice que aunque no te vea estás acá a mi lado como mi sombra, y yo pienso y pienso que estarás cansado porque cuando juego corro muy rápido y no me acuerdo de vos. Te prometo que me voy a acordar. Vos, que sos el Ángel más lindo, el Angelito más bueno, te pido que llames a los otros Ángeles, los de los otros chicos; seguro que como vivís tan lejos y siempre me estás cuidando, seguro, seguro que no te enteraste qué les pasa a los chicos de otros países. Comunicate pronto Angelito querido, hay muchas guerras. Yo lo veo todos los días cuando prenden la tele en casa o por el celu y a escondidas la veo, porque mamá y papá no quieren que mire esas cosas porque dicen que soy muy chica para ver tanta sangre. Pero a mi ver tanta sangre me importa porque si no la veo no me entero de lo que les pasa a los chicos de los países que están en guerra, que seguro se quedaron sin sus Ángeles de la Guarda, a lo mejor los mataron o los tienen prisioneros o se escaparon porque les dio mucho miedo los ruidos de las bombas y esas cosas que tiran para matar a todos. Pero no, no creo que los ángeles sientan miedo, capaz los tienen en algún lugar inventado para guardar ángeles. Pobrecitos a lo mejor no comen. Ay angelito cuántos problemas. Se me ocurre que a lo mejor los señores de la guerra tienen algún monstruo de esos mecánicos que inventan y guardan en su panza a los ángeles para que no se escapen. Se lo voy a preguntar al padre Miguel Ángel, él seguro sabe. Además, los que matan y matan no son inteligentes porque los seres humanos se pueden acabar y puede pasar como a las tortugas, que nos enseñó la seño de la escuela, están en peligro de extinción, que por eso yo quiero ayudar y le pedí a mami que me compre una pareja de tortugas, así tienen hijitos y los voy a cuidar. Después las voy a llevar a una isla en el Delta de Tigre donde vive mi abuelo para que vivan todas las tortugas. Tengo mucho miedo angelito querido, pero pensando bien, a las tortugas las voy a dejar en casa y a la isla voy a llevar a vivir a los niños que están en la guerra, así viven en paz. Sí, eso voy a hacer porque al final desde hace una semana que pienso y pienso y no me sale ninguna solución. Y cuando quiero estar tranquila para pensar Camila me molesta con preguntas y más preguntas, no la aguanto, esto de tener una hermana menor me tiene repodrida. Y ahora que lo pienso, te pido angelito que no te canses ni te duermas con tanta charla. Perdóname Angelito de la Guarda, es que si no te cuento a vos que dejas de trabajar para cuidarme todo el rato y encima gratis, a quién le voy a contar. No, a mi papá no, porque si le pregunto algo cuando me viene a buscar los sábados y domingos que le tocan, dice bajito para que no lo oiga “qué jodida”, pero yo lo escucho y le pregunto un montón de cosas seguidas; veo de reojo que traga saliva y se le mueve la nuez y después tose para hacer tiempo. Mi mamá siempre tiene que hacer la comida o las compras, pero bien que habla con sus amigas por el celu. A vos, angelito mío te lo puedo contar todo de verdad porque te das cuenta si miento porque estás a mi lado todo el tiempo. Pienso y requetepienso, qué saben los hombres de la guerra de ángeles guardianes. No, no saben nada porque si supieran los hubieran escuchado decir que dejen de hacer lo que hacen. Te quiero tanto, tanto Angelito mío de la Guarda, que tengo miedo que te canses de escuchar todas las cosas que te cuento y te vayas a cuidar a otro chico. Bueno, si decidís dejarme promete que vas a cuidar a un niño de la guerra que si es así, yo te pido que me dejes.