Por: Bethel García Vargas
La llegada de la Semana Santa en México marca un momento especial en el calendario, donde se fusionan la fe religiosa, las tradiciones ancestrales y el espíritu festivo. Durante este periodo vacacional el país se transforma en un mapa de actividades que van desde procesiones solemnes hasta celebraciones llenas de color y sabor, incluso vacaciones en la playa.
Nuestro país cuenta con una amplia variedad de destinos que son especialmente populares durante la Semana Santa y la semana posterior, por ejemplo:
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, esta encantadora ciudad colonial se viste de gala durante la Semana Santa, con procesiones que recorren sus calles empedradas y plazas históricas. Además, es famosa por sus alfombras de aserrín, elaboradas meticulosamente para adornar el paso de las procesiones.
Taxco, Guerrero, conocido como el «Pueblo Mágico de la Semana Santa», Taxco es famoso por sus impresionantes ceremonias religiosas y sus calles empedradas llenas de historia.
Aquí, los visitantes pueden presenciar las dramáticas representaciones de la Pasión de Cristo y participar en las procesiones nocturnas con antorchas, éste es uno de los lugares más emblemáticos, pues incluso vemos en los noticiarios las celebraciones que realizan en ese lugar.
San Miguel de Allende, Guanajuato, esta joya colonial se convierte en un escenario único durante la Semana Santa, con sus coloridas procesiones y eventos culturales. Los visitantes pueden disfrutar de conciertos, exposiciones de arte sacro y degustaciones de la gastronomía local.
De la misma forma en que muchos creyentes realizan o asisten a las representaciones en distintas partes del país, de igual modo, hay personas que utilizan estos días que se les otorga en el trabajo para salir a disfrutar de la playa, algún balneario o aguas termales ya sea cerca del lugar donde viven o tomar un avión para llegar a su destino.
Y no solo los mexicanos disfrutamos de este tiempo, sino también extranjeros acostumbran salir de sus países y visitar nuestras bellas playas, a raíz de eso, en la semana un famoso empresario y dueño de una cadena de tiendas por todo el país argumentó que la música de banda era (en otras palabras) molesta para los turistas extranjeros, que era prácticamente como dijo otra modelo, contaminación auditiva, ella haciendo referencia a los organilleros que podemos encontrar en distintas zonas de la ciudad de México. Es increíble que, para hacerse quedar bien frente a extranjeros, nosotros tengamos que denigrar o menospreciar nuestra cultura, tradiciones, música y festividades, es como si nos convirtiéramos en traidores a nuestro país.
Y aunque no a todos nos guste la banda sinaloense o en general la banda en cualquiera de sus subgéneros, no por eso haremos que desaparezca, son tradiciones y música representativa de los lugares a los que se asiste, y sino les gusta algo, nos vamos a otra parte, no pretendemos que lo quiten porque a los extranjeros les afecta. He leído otras notas en las que personas de otros países viajan al nuestro para conocer sus tradiciones e incluso bailan la música que ellos desprecian ahora.
Y quiero recordar que la Semana Santa en México es mucho más que unas simples vacaciones; es una experiencia cultural y espiritual que invita a los visitantes a sumergirse en la riqueza de sus tradiciones y la calidez de su gente. Ya sea admirando las impresionantes procesiones en las ciudades coloniales o disfrutando de la gastronomía típica, cada rincón del país ofrece una perspectiva única de esta celebración tan significativa, al igual que el conocer nuestras playas con sus colores mágicos y sus sonidos inigualables. Hasta la próxima.
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