Por Hans Islas Frausto
Tal cual lo describí en esta columna hace un par de semanas (Cita Textual número 7), la candidata de la coalición Morena, PT y Verde Ecologista de México, Claudia Sheinbaum Pardo, obtuvo el triunfo en los comicios del domingo 2 de junio.
A reserva del conteo final por parte de las autoridades electorales, tanto federales como estatales, mencioné también que la candidata Simey Olvera, así como Cuauhtémoc Ochoa, ganarían la posibilidad de representar a Hidalgo en el Senado de la República.
Asimismo también, expuse que el gobierno del estado puso todo su empeño en la elección para diputados locales, con la finalidad de que la próxima legislatura contara con mayoría calificada de Morena, permitiendo así garantizar que las iniciativas del Ejecutivo, así como sus temas presupuestales, salgan como trajes a la medida, y no me equivoqué.
Mi pronóstico en aquella ocasión para el tema de la renovación de las 84 presidencias municipales y sus respectivas asambleas, fue de más de 50 ayuntamientos para Morena y su partido aliado, Nueva Alianza, y así ocurrió, de acuerdo con la información preliminar.
En el caso de las diputaciones federales, en aquella ocasión afirmé que la elección no estaría tan sencilla por la falta de arraigo de algunos de los aspirantes, sin embargo el voto fue en cascada y el partido oficial ganó contundentemente los siete escaños en juego.
El mensaje ha sido claro por parte de la ciudadanía de Hidalgo y de México, hay confianza en el partido oficial, ya que hasta el momento, de acuerdo con números preliminares, Morena y sus aliados sobrepasan la mayoría calificada tanto en el senado de la República, como en la Cámara de Diputados federal.
El PRI, fue el instituto político que más perdió, cuando menos en Hidalgo, lo que deja mucho a la reflexión. En primer lugar, minimizar el liderazgo de importantes cuadros que renunciaron por estar inconformes con las decisiones del dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, quien además se dio el lujo de decir que esas miles de renuncias se irían a la basura. Si, justo como sus pobres resultados de elección del domingo.
Las imposiciones por parte de sus allegados en cargos partidistas clave, evitó que este partido llevara una vida democrática y equilibrada. Sin duda que para la candidata Xóchitl Gálvez, fue de mucho peso el llevar la marca de impresentables como Alejandro Moreno, quien por cierto, sí aseguró su lugar en el senado de la República.
El PRI está sumido en la peor crisis de su historia, ya que está a punto de desaparecer o cuando menos, de dejar de ser una opción real para el electorado.
Con estos resultados, quedó claro que se tomaron malas decisiones y que la ciudadanía está cansada de imposiciones, de malos dirigentes. Que el partido tricolor necesita urgentemente sangre nueva, con liderazgos reales y mucha humildad para reconocer que la actual dirigencia nacional solo llegó a enterrarlos en la historia.
Estamos siendo testigos de una nueva era en la vida pública del país y de Hidalgo, con una mujer al frente de la presidencia de la República, que ha generado altas expectativas para muchos sectores de la sociedad mexicana. El tiempo dará la razón a quien la tenga y pondrá en su lugar a quien lo merezca.