Las elecciones, el mecanismo por excelencia de creación y conservación de la democracia, estarán en juego este domingo en Venezuela y se están formando las características de las que el próximo noviembre permitirán la renovación de la Casa Blanca en Estados Unidos. En ambos casos, lo que se ve ya, es que ni las elecciones ni la democracia causan los males que se achacan a esta última, sino la pareja políticos-ciudadanos.

Venezuela irá a las urnas este domingo 28 con posibilidades reales de que el gobierno de Nicolás Maduro, heredero de Hugo Chávez, deje el poder por la vía democrática pero lo conserve de otra forma.

Se recordará cómo el actual mandatario venezolano tomó las riendas políticas de Venezuela en medio de la enfermedad terminal de Chávez y de protestas de que no era él, sino Diosdado Cabello, líder de la Asamblea Nacional –Legislativo- quien tenía que gobernar. Pero la voluntad del entonces líder se impuso.

Si asumimos como punto de inicio jurídico la decisión que al respecto la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, Maduro ha gobernado desde el ocho de marzo de 2013, es decir, 11 años y cuatro meses.

El mandatario ha enfrentado una dura oposición que no ha podido ni convencer a la totalidad de venezolanos de cambiar de gobierno, ni enfrentar la serie de acciones oficialistas. El domingo estarán en la urna 10 candidatos, pero de acuerdo a los sondeos solo tienen posibilidades reales el propio Maduro y Edmundo González Urrutia, postulado por la Plataforma Unitaria Democrática.

González tiene una carrera esencialmente diplomática, que no lo condujo a la candidatura, sino la decisión oficialista de inhabilitar a María Corina Machado, quien había ganado las elecciones para elegir al abanderado de la oposición, y cuya candidatura se mostraba con la suficiente fuerza para desplazar a Maduro.
Importantes sectores opositores han entendido que si en realidad quieren ganar los comicios del domingo, deben apoyar al exdiplomático de 74 años de edad.

Hoy Venezuela vive en tensión y en medio de encontradas cifras de encuestas.
Según el oficialismo, la victoria de Maduro sería por alrededor de 54 por ciento.
Según la oposición, González vencería hasta por 20 puntos porcentuales.
Pero hay un indicador más confiable de la situación venezolana: la emigración: “En junio de 2024, más de 7.77 millones de venezolanos se encuentran fuera de su país de origen, siendo el segundo mayor desplazamiento del mundo.”

El dato y su contextualización corresponde a la Oficina del Enviado Especial para la respuesta Regional a la Situación de Venezuela, adscrita a la Organización Internacional para la Migración de Naciones Unidas, la cual genera la pregunta: si la sacrosanta Revolución Bolivariana fuera exitosa ¿habría tal número de migrantes? (Más información en https://bit.ly/3yf9NfR ).

Once años -sin contar los de Chávez- parece ser un buen tiempo para haber dado resultados y dejar que otra opción gobierne, más con esa cifra de mirantes, muchos sin documentos.

En tanto, es Estados Unidos la campaña electoral se desarrolla en un escenario no previsto. Una mujer alejada de los cánones del principal grupo poblacional de ese país por su color de piel y su origen se encamina a convertirse primero en candidata presidencial del Partido Demócrata y luego con posibilidades reales de llegar a la Oficina Oval de la Casa Blanca, es decir, a la presidencia de Estados Unidos.

Ni conseguir la candidatura ni ganar las elecciones será sencillo. Tendrá que convencer al stablishment social, político y económico estadunidense, de que el cambio que ella puede representar es una de las vías para que su país detenga la descomposición de su sociedad y enfrente con éxito a un mundo en cambio, de manera señalada a China.

Quizá por eso el republicano Donald Trump ha reforzado sus ataques contra México. Es cierto que el combate gubernamental a los carteles de las drogas en México deja mucho que desear y el gobierno entrante debe tomar ese reto como uno de sus mayores desafíos, pero es esa descomposición social la que explica el consumo de todo tipo de sustancias adictivas, que se realiza con la complacencia de autoridades estadunidenses que patrullan desde su frontera hasta sus calles, pero de esto, ni una palabra.

De salida: El anuncio de Tesla de Elon Musk sobre la posposición de la construcción de una gigafrábrica en Nuevo León, que encontró a su gobernador en Turquía, ¿avisa lo que podría suceder si Trump es reelecto? En parte, pero hoy es más la es la baja que ha sufrido la empresa de Elon Musk, lo que realmente explica esa posposición.
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