Por: Bethel García Vargas 

Cada 15 y 16 de septiembre, México se viste de fiesta para celebrar su Independencia, una fecha que trasciende el simple recordatorio histórico de una gesta heroica. Conmemorar este acontecimiento no solo honra la valentía de aquellos que lucharon por la libertad, sino que también nos invita a reflexionar sobre el significado profundo de ser mexicanos y sobre la importancia de los valores que guiaron la lucha: libertad, justicia y soberanía.

La independencia de México, proclamada en 1810, marcó el inicio de un proceso que permitió a nuestro país emanciparse del dominio colonial español y construir una nación basada en sus propias aspiraciones y principios. Sin embargo, la celebración no es únicamente una evocación de lo que sucedió hace más de dos siglos, sino un recordatorio permanente de que la lucha por la igualdad, la justicia social y los derechos humanos sigue vigente. En un mundo globalizado y en constante cambio, los desafíos de soberanía y autodeterminación continúan presentes en el escenario político y social de nuestro país.

Además, conmemorar la Independencia es una oportunidad para reforzar los lazos de identidad y unidad nacional. Las celebraciones que se llevan a cabo en todo el país, desde el famoso «Grito de Dolores» hasta las verbenas populares, permiten que los mexicanos de diferentes regiones, clases sociales y culturas se reúnan bajo un mismo propósito: celebrar la esencia de México. Estos actos simbólicos fortalecen el sentido de pertenencia y nos recuerdan que, a pesar de nuestras diferencias, compartimos un pasado común y una aspiración de un futuro mejor para todos.

Esta fiesta que se celebra a lo largo y ancho de nuestro país, nos da las mejores experiencias entre nacionales y los extranjeros que visitan nuestro territorio y se unen a las festividades, y en cierta forma ellos se suelen sentir identificados con las tradiciones y celebran con la comida tradicional de nuestro país y las bebidas típicas de la fecha.

Finalmente, el 16 de septiembre es una ocasión propicia para que las nuevas generaciones conozcan y valoren su historia, reflexionen sobre los logros alcanzados, nos sintamos orgullosos de nuestros orígenes y comprendan los retos que aún enfrentamos como nación. Educar sobre los eventos que llevaron a la independencia y su impacto posterior fomenta un sentido de responsabilidad cívica y el nacionalismo, pues nos hace sentirnos orgullosos de lo que somos, gracias a la lucha de nuestros ancestros.

La conmemoración de la independencia de México es más que una fecha histórica; es un acto de reflexión, identidad, celebración y esperanza. Nos invita a recordar de dónde venimos y a pensar en hacia dónde queremos ir como país, siempre guiados por los ideales que en 1810 impulsaron el inicio de una nueva nación libre y soberana. Espero disfruten el próximo puente, pues es el primero del ciclo escolar, hagamos un recordatorio y démosle sentido de pertenencia a las nuevas generaciones, reconociendo y aceptando nuestra historia. Hasta la próxima.

bethgva@gmail.com