Por: Alfonso Padilla Vivanco 

Las galaxias son sistemas estelares que se forman de miles de millones de estrellas, además contienen millones de toneladas de polvo cósmico y nubes de gas de todos los elementos químicos existentes. Las estrellas dentro de una galaxia están unidas por la fuerza de gravedad ejercida entre ellas mismas. Las galaxias se han clasificado  en diferentes tipos, según su forma. Existe particularmente, una galaxia que es el hogar de todos los seres humanos y todas cosas que conocemos; incluyendo a nuestro sol. Además de ello, es hogar de todas las estrellas que vemos en la bóveda celeste. Esta galaxia es conocida con el nombre de Vía Láctea. Su nombre proviene de la mitología griega, y existe una leyenda que cuanta que la diosa Juno, esposa de Zeus, amamantaba al semidiós griego Hércules. Según esta historia, las gotitas de leche saltaron hacia el cielo y se convirtieron en las estrellas de nuestra galaxia, por eso es llamada: Vía Láctea.
Los científicos han logrado clasificar a las galaxias en cuatro tipos: espirales, espirales barradas, elípticas e irregulares. Éstas no se diferencian sólo en su forma. Cada tipo de galaxia tiene una mezcla única de estrellas y de otros materiales.  Estas importantes características revelan cómo se desarrollaron y qué relaciones existen entre ellas. Las galaxias espirales, por ejemplo, tienen literalmente brazos espirales en movimiento formados de estrellas jóvenes, nubes de gas y polvo cósmico, estos brazos se extienden desde el centro galáctico; en donde se asume que hay o hubo antiguas estrellas rojas y amarillas.  El espacio entre los brazos no está completamente vacío, sino que éste también contiene una enorme variedad de estrellas. Los brazos de una galaxia espiral son enormes porque contienen la mayoría de las estrellas más brillantes y de vida corta. Por lo tanto, los brazos no son permanentes, sino son áreas de mayor densidad de material; por lo que justo ahí se están formando nuevas estrellas. Por otra parte las galaxias espirales barradas, tienen una barra que atraviesa la parte central de éstas, a partir de dónde se extienden los brazos espirales. Un ejemplo de este tipo de galaxias es la Gran Nube de Magallanes (LMC).
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Las galaxias elípticas, por otra parte, tienen muchos tamaños que va desde muy grandes hasta muy pequeñas. Se componen principalmente de antiguas estrellas rojas y amarillas, que orbitan independientemente las unas de las otras en trayectorias elípticas alrededor de un centro galáctico común. Las galaxias elípticas contienen sólo una pequeña cantidad de gas y polvo, por lo que típicamente no se forman nuevas estrellas.  Las galaxias elípticas grandes, sólo se encuentran en los centros de los cúmulos de galaxias, lo que indica qué origen tienen. Un ejemplo muy famoso de este tipo de galaxias es el objeto Messier M87, en la constelación de Virgo. Esta galaxia presenta un agujero negro.
Las galaxias irregulares no tienen una forma específica, pero tienen ricas nubes de gas y polvo cósmico.  Algunas parecen tener agujeros negros centrales, barras y accesos a brazos espirales.  A menudo se trata de intensas galaxias con formación estelar y grandes nebulosas de emisión muy brillantes.  Las más activas forman muchas más estrellas nuevas que las galaxias espirales normales.
La Vía Láctea, nuestra galaxia, tiene forma espiral y contiene a nuestro Sol con sus planetas. El conjunto se encuentra a aproximadamente dos tercios de distancia desde el centro de la galaxia. Los brazos de la galaxia son enormes. El sol se encuentra en uno de estos brazos y se ha calculado que gira en torno al centro de la Vía Láctea a unos 250 kilómetros por segundo. También se sabe que una vuelta completa al centro galáctico (donde hay un agujero negro) le lleva al Sol entre  200 y 250 millones de años terrestres.
La mayoría de las galaxias se forma a partir de un conjunto estrellas, la radiación emitida por una galaxia se crea de la suma energética de sus estrellas individuales.  Aunque en determinadas galaxias esto no es exactamente así. Algunas galaxias activas se dividen en otras clases. Las principales son las galaxias cuásares y las blazares. Este tipo de galaxias suelen estar muy lejanas y emiten la mayor parte de su radiación desde una región dada del Universo. Las galaxias Seyfert son similares a las galaxias espirales normales, pero tienen un núcleo mucho más brillante y las radiogalaxias suelen ser galaxias discretas que emiten ondas de radio. Esta actividad probablemente sea causada por agujeros negros en sus centros.  Si bien los agujeros negros centrales de la mayoría de las galaxias están inactivos porque no hay más material cercano, continúan atrayendo material en las galaxias activas Seyfert. En cambio las radiogalaxias están relativamente tranquilas, pero las quásares y blazares más distantes, son restos de una antigua galaxia en estado energético. Existe un espectacular ejemplo de conexión entre dos galaxias en la constelación de Virgo. Este es el caso de la galaxia NGC4319 y el cuasar Markarian 205, los cuales parecen estar unidos físicamente.
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Universidad Politécnica de Tulancingo. alfonso.padilla@upt.edu.mx