En medio de una gran fiesta que se vivió en Real del Monte, maestros pasteros e integrantes de la comunidad británica de Redruth Cornwall elaboraron el paste más grande del mundo.

 

La pieza de 4.10 metros y más de 200 kilogramos, que se destinó para alimentar a más de mil personas, comenzó a prepararse al mediodía frente al monumento al minero. Tras ponerse las filipinas de color rojo y encerar la charola, arrancó la preparación de la masa.

 

Ante los ojos de decenas de personas que iban bien abrigadas acordé al tradicional clima y entre porras de ¡Paste, paste, paste! ¡Real, Real, Real, más de 10 pasteros elaboraron el platillo en menos de una hora.

 

Personas provenientes de Cuernavaca, de la Ciudad de México e incluso de Estados Unidos fueron testigos del cambio de la masa de la mesa a la charola y la dispersión de la mezcla de papa con carne que cada pastero proporcionó.

 

Mientras daban los últimos toques: cerrar el paste, armar la tradicional trencita y barnizar la masa, la parada de combis estaba atiborrada de personas: la mayoría entrando al Pueblo Mágico y muy pocos saliendo del Festival Internacional.

 

A las 13:00 horas, la población y los turistas gritaron de alegría cuando alguien dijo “Listo”, y la veneración se hizo presente. Los habitantes subieron sus ventanas y los turistas detuvieron su caminar para observar la procesión del paste.

 

Con una banda de música por delante y el tintinear de una campana que sostuvo Max, un inglés quien fungió como pregonero, se llevó el platillo hacia la panadería “Roque”, la única en el lugar que tiene un horno de gran capacidad.

 

“La casa es humilde pero el corazón grande”, afirmó doña Vivianita, la dueña del local y quién recibió a todos con un arreglo de globos en la puerta y una gran verbena que incluyó mole rojo, mole verde, arroz, carnitas y pulque.

 

El brindis en español y lengua inglesa selló la hermandad que hay entre los realmontenses y la comunidad británica, quienes no habían regresado desde la pandemia por covid-19.

 

Tras dos horas de cocción, sacaron el paste del horno y en medio del toquin de la tradicional banda, los pasteros subieron el platillo a un carrito que simulaba la entrada de una mina.

 

Las banderas de México y de Inglaterra se ondearon a la par de las porras que se hicieron al platillo y al Consejo Regulador del Patrimonio Cultural Real del Monte (Corepac), que preside María Isabel Arriaga.

 

Frente al escenario de la edición número 16 de dicho festival internacional se hizo la repartición del platillo. El cuchillo, que también fue sostenido por el alcalde Edmundo Méndez Tejeda, cortó la hojaldra y comenzó la dispersión; los habitantes hicieron una fila para recibir el alimento que sostiene parte de la economía de dicho pueblo.