La revisión del acuerdo comercial entre México, Canadá y Estados Unidos está y seguirá presente entre los temas de comentario de nuestro país, con la tendencia a olvidar los canadienses, hasta que ahora, el primer ministro de una de sus provincias y llamado el “Trump canadiense”, pidió excluir a México del tratado. En efecto, Doug Ford, jefe de gobierno de Ontario, la provincia canadiense más extensa, pidió regresar al acuerdo bilateral que sostenían su país y Estados Unidos, hasta que entró en vigor el uno de enero de 1994 el ahora llamado CUSMA, o Acuerdo Canadá, Estados Unidos y México, en su abreviatura en inglés. En su justificación el también líder del Partido Conservador Progresista de esa provincia, aludió a uno de los temas de la agenda de Donald Trump no solo para ese acuerdo a partir del 20 de enero, cuando tome posesión, sino para todo su mandato: China.
Repitió uno de los argumentos del próximo jefe de la Casa Blanca en ese tema: México se ha convertido en la puerta trasera para los automóviles, autopartes y otros productos generados en China, lo que daña a los trabajadores y comunidades estadunidenses y canadienses.
Y pidió la imposición mexicana de tarifas a China, como ya lo hacen sus dos socios en el acuerdo comercial, y si no sucede así entonces se debe de negociar un acuerdo comercial bilateral, es decir, excluir a México.
Doug es conocido como el “Trump canadiense”, recuerda la Canadian Encyclopedia, la cual le reconoce notas de negociador al también empresario, y quizá ese sobrenombre explique más su posición.
Pero esa propuesta revela que en la renegociación del documento que iniciará el 30 de junio de 2026, en realidad debería de haber cuatro asientos: tres para los firmantes del CUSMA, o T-MEC como lo conocemos en México, y uno más para China y lo más importante, que parece habrá más alineamiento entre las posiciones de los países más norteños, de lo cual no se ha hablado lo suficiente.
La posición de Canadá ha recibido en México poca difusión, lo que si bien es lógico porque el acuerdo gira alrededor del poder económico estadunidense, es también una desventaja pues se omite el conocimiento de un potencial aliado, pero también de alguien que junto con Washington podría buscar debilitar la posición mexicana.
Lawrence L. Herman, experto legal y en comercio internacional canadiense, ya había escrito desde julio pasado, antes de la renuncia de Joe Biden a la candidatura presidencial demócrata, que el CUSMA enfrentaría vientos en contra fuera quien fuera el ganador en los comicios del pasado cinco de noviembre, pues la posición dura de Trump era conocida desde años atrás, mientras del lado demócrata debería de enfrentar la tendencia proteccionista, de la cual, agregamos, tenemos que recordar que la perdedora Kamala Harris se encargó de traer a la memoria su voto en contra de la ratificación del original TLC.
Hace cuatro meses ya adelantaba el experto canadiense que la posición de los negociadores de Washington podría implicar dar marcha atrás en acuerdos ya tomados o agregar otros a su favor.
También traía a la memoria que si no había acuerdos, deberá de haber revisiones anuales, lo que de por si es una complicación, pero más aún cuando las próximas elecciones generales en Canadá se prevén para octubre de 2025, es decir, que existe la posibilidad, añadimos, de que el equipo negociador canadiense no sea ya el del primer ministro actual Justin Trudeau, o bien llegue con condicionamientos fuertes por haber alcanzado una victoria débil.
Para el experto canadiense las áreas que preocuparán a los negociadores estadunidenses son el sector energético mexicano, la importación de bienes chinos a México que luego son reenviados a Estados Unidos, además de los impuestos canadiense a los servicios digitales, así como las restricciones a las importaciones de productos lácteos.
Agregaba en su contribución al Financial Post del pasado julio, que Canadá necesitaba su propia lista de temas a negociar, como el proteccionismo estadunidense en infraestructura, así como las negativas de Washington a cumplir con las decisiones de los paneles de controversias.
La revisión del CUSMA o T-MEC será compleja y difícil por el contexto político de los tres países, pues el libre comercio ya no es la medicina que lo cura todo, y al contrario, parecer ser el mal de males.
Decir que todo va a estar bien es realmente insuficiente, y es un contraste que decepciona al ver, por ejemplo, que la Unión Europea, tiene varios grupos que ya analizan las implicaciones del inminente gobierno republicano.
j_esqueda8@hotmail.com