Por: Alfonso Padilla Vivanco
De acuerdo con registros históricos, el telescopio fue inventado el siglo XVII, alrededor del año 1670. Sin embargo, no fue hasta la década de 1720 que se comercializaron los primeros sistemas telescopicos. En el año 1721, John Hadley creó un telescopio tipo newtoniano, el cual tenía un espejo primario con diámetro mayor a 15 centímetros.
Entre 1733 y 1768, el fabricante James Short construyó cerca de mil telescopios, su calidad superó a la contraparte que era realizada con lentes. Short fue el primero en dominar la fabricación de espejos asféricos. La mayoría de sus telescopios eran del tipo Gregory, con espejo secundario elipsoidal cóncavo. El telescopio gregoriano había sido introducido por James Gregory, en el año 1752. Este diseño tenía más de 45 centímetros de diámetro en su espejo primario. El siguiente avance lo dió William Herschel (1738-1822), quien fue sin duda el mayor fabricante de telescopios de todos los tiempos. Herschel era músico de formación, y mientras daba conciertos y lecciones musicales, también se dedicaba a su pasión, la astronomía. Por ello, entre 1774 y 1780, contruyó toda una serie de telescopios. Precisamente con uno de ellos, descubrió el planeta Urano el 13 de marzo de 1781, añadiendo un sexto planeta a los conocidos desde la antigüedad.
Herschel recibió una pensión del rey de Inglaterra y se pudo dedicar por completo a la astronomía. Asimismo, vendió telescopios de aficionado. Este lugrativo negocio le permitió construir espejos primarios cada vez más grandes. Después de intentos fallidos, en el año 1789, produjó un espejo de 122 centímetros de diámetro, con distancia focal de 12.2 metros y número de apertura igual a 10.0, con este instrumento descubrió Encélado y Mimas, el sexto y séptimo satélite de Saturno, respectivamente. Por lo que podemos decir que William Herschel, es el verdadero iniciador de los telescopios de grandes dimensiones. Estos últimos habían ido sustituyendo progresivamente a las lentes de todos los grandes telescopios astronómicos. Sin embargo, los telescopios de Herschel eran difíciles de manejar. Por otra parte, los espejos que usaba eran de bronce, con el inconveniente de no tener un poder reflectante tan alto, además de que éstos se deterioran rápidamente.
En 1857, Léon Foucault (1819-1868) alcanzó un nuevo hito al construir el primer telescopio con un espejo de vidrio plateado. Foucault hizo del diseño de espejos una verdadera ciencia, inventó varios métodos para controlar el estado de la superficie de un espejo. Foucault construyó el telescopio del observatorio de Marsella, con diámetro de 80 centímetros, éste es considerado el primer gran telescopio moderno, corría el año 1862. A partir de 1865, la tecnología de los espejos de vidrio plateado se consolidó y favoreció la aparición de los telescopios tipo Cassegrain, éstos tenían un alto poder de reflectividad en sus espejos.
Los científicos del siglo XIX, se dieron cuenta de que para tener más intensidad luminosa y poder ver estrellas de mayor magnitud sin aumentar la difracción de la luz, es necesario aumentar el diámetro del espejo primario. En esta carrera por el gigantismo, los vidrios refractores fueron los grandes perdedores. En 1908, el telescopio inaugurado en el monte Wilson tenía un diámetro de 152 centímetros con una distancia focal de 7.6 metros, este instrumento superaba con creces el del telescopio de Yerkes, cuyo diámetro es de 102 centímetros.
En 1949 se inauguró el telescopio Hale, en Monte Palomar en el estado de California. Este telescopio tenía un diámetro de 5.0 metros en su espejo primario. El disco de vidrio del espejo primario medía inicialmente 60 centímetros de espesor y pesaba 20 toneladas. Debido a las disputas entre Georges Ritchey y George Hale, así como los tensos plazos de fabricación, convirtieron al telescopio Hale en el último telescopio de gran tamaño con un espejo primario parabólico. Actualmente, la mayoría de los grandes telescopios en el mundo son del tipo Ritchey-Chrétien. Por lo que, los telescopios de grandes dimensiones se han consolidado como instrumentos esenciales en la investigación cosmológica y la observación del cielo profundo.
La calidad de las imágenes obtenidas de los telescopios modernos es excepcional. Un ejemplo claro de ello, es el telescopio espacial Hubble. Sin embargo, su sustitución por un telescopio espacial de nueva generación, como el James Webb (JWST) ha revolucionado las ciencias astrónomicas, incluyendo la astrofísica. Este telescopio, lleva el nombre de un administrador de la NASA de los años sesentas, James Edwin Webb (1906-1992), el JWST es un instrumento multifunción, diseñado para la observación infrarroja de alta resolución, en busca de la formación de las primeras estrellas o galaxias. Su espejo primario hecho de berilio, y formado por dieciocho piezas hexagonales, mide 6.5 metros de diámetro comparado con los 2.4 metros del Hubble.
Apreciables lectores, los invito a ver el siguiente video sobre la historia del telescopio:
Univeridad Politécnicade Tulancingo. alfonso.padilla@upt.edu.mx