Por: Santiago Obregón
En la era digital, las redes sociales se han integrado a la vida cotidiana de millones de personas, y los niños no son la excepción. Aunque las plataformas sociales ofrecen oportunidades para el aprendizaje y la conexión, también presentan riesgos significativos, especialmente cuando los usuarios son menores de edad. A continuación, se examinan los efectos más comunes de las redes sociales en los niños, tanto positivos como negativos.
Las redes sociales pueden influir de manera significativa en el desarrollo emocional de los niños. La constante comparación con los demás, la presión por obtener «likes» y la búsqueda de validación a través de comentarios pueden generar sentimientos de inseguridad, ansiedad y depresión. Los niños en esta etapa de la vida están desarrollando su identidad, por lo que la influencia de los estándares de belleza, popularidad y éxito impuestos por las redes sociales puede distorsionar su percepción de sí mismos.
Por otro lado, las redes sociales también permiten que los niños encuentren apoyo emocional y se conecten con amigos que atraviesan experiencias similares. Para algunos, esto puede ser positivo, ya que pueden sentir que pertenecen a una comunidad, especialmente si enfrentan situaciones difíciles en su entorno físico.
Varios estudios han demostrado que el uso excesivo de las redes sociales está relacionado con un aumento en los problemas de salud mental entre los adolescentes, especialmente la depresión y la ansiedad. La constante exposición a contenido idealizado y la presión por cumplir con expectativas poco realistas puede resultar en una autoestima baja. El fenómeno del «FOMO» (miedo a perderse algo) es especialmente prevalente, lo que lleva a los niños a sentirse desconectados o excluidos de las experiencias sociales de sus amigos.
En particular, las redes sociales contribuyen al aislamiento social, pues a pesar de que permiten una conectividad constante, también pueden disminuir las interacciones cara a cara, esenciales para el desarrollo emocional y social saludable.
Las redes sociales amplifican los estándares de belleza irreales que dominan los medios tradicionales, lo que puede tener un impacto negativo en la autoimagen de los niños. Desde una edad temprana, los niños están expuestos a imágenes cuidadosamente curadas y modificadas de celebridades, influencers y modelos, lo que crea una percepción distorsionada de lo que se considera «normal» o «deseable». Esto puede llevar a los niños a desarrollar inseguridades sobre su cuerpo, desencadenando trastornos alimentarios, problemas de autoestima y otros trastornos relacionados.
Además, el énfasis en la apariencia física, las modas y las tendencias de belleza a menudo opacan aspectos más importantes del desarrollo personal, como la confianza, la inteligencia o las habilidades sociales.
El ciberacoso es una de las amenazas más serias que enfrentan los niños en las redes sociales. La anonimidad que ofrecen estas plataformas permite que los agresores se escondan detrás de perfiles falsos, lo que facilita el acoso y el bullying. Los niños que sufren ciberacoso pueden experimentar efectos devastadores en su salud mental, incluidos sentimientos de desesperación, ansiedad, depresión y, en casos extremos, pensamientos suicidas.
El problema del ciberacoso es particularmente grave porque, a diferencia del bullying tradicional, los comentarios crueles y las humillaciones pueden seguir al niño más allá de las puertas de la escuela, afectando su bienestar emocional 24/7.
Uno de los mayores riesgos de las redes sociales es la falta de privacidad. Muchos niños, impulsados por la curiosidad o el deseo de compartir su vida con amigos y familiares, publican contenido personal sin comprender completamente las repercusiones a largo plazo. Esto incluye fotos, videos y opiniones que pueden ser vistas por personas fuera de su círculo cercano o ser utilizadas de manera inapropiada.
Además, el concepto de «vigilancia social» —donde se sienten observados constantemente por amigos, familiares y desconocidos— puede generar una presión adicional sobre los niños, que se sienten obligados a mantener una imagen perfecta en línea.
En un mundo digital, las redes sociales también ofrecen oportunidades para que los niños desarrollen habilidades sociales, sobre todo si se usan de manera responsable. La interacción en plataformas como WhatsApp, Instagram o TikTok puede fomentar la creatividad, la colaboración en proyectos, y el aprendizaje a través de videos y tutoriales. Los niños pueden acceder a contenido educativo, participar en grupos de discusión sobre temas de su interés y establecer vínculos con otros jóvenes de todo el mundo.