El feminismo no puede y no debe construir a los
hombres como sus enemigos naturales,
el enemigo es el orden patriarcal, que a veces,
está encarnado por mujeres.
Rita Segato
Josefina es la actual directora de Recursos Humanos, es la primera ocasión que tenemos una jefa que no se somete a las agendas del 8M, ni a las modas del corporativo y eso, nos pareció muy sospechoso a todos porque se supone debemos ser unos fieles borregos sin pensamiento crítico y al menos, las ovejas siguen a un pastor que las cuida, nosotros, seguimos a un líder que violenta nuestros derechos y nos esclaviza.
Estamos acostumbrados a normalizar la mentira, el despojo, el terrorismo psicológico y el discurso hueco que evade las realidades, a escuchar proclamas del siglo XIX que ya no funcionan en la mente de una persona que tiene acceso a las redes sociales; incluso los vendedores de jugos tienen su aplicación para las órdenes en línea; por lo tanto, debemos jugar al tío Lolo al interior de la empresa, maquillar que somos progresistas y que todos estamos muy felices con la ginecocracia que domina hasta la mercadotecnia de la felicidad que consumimos en los eventos familiares.
La Gran Madre que controla todo, que factura, mueve las caderas y nada se le sale del feudo que somete; por obvias razones odia a la masculinidad, la peyoriza, la utiliza como raza maldita y no sabe por qué es feminista, de todos modos, hay 18 feminismos y puede escoger uno por mes, el que le convenga a su ciclo menstrual o a su menopausia.
En la planta hay una población elevada de varones porque los trabajos requieren de la fuerza y destrezas propias de la naturaleza masculina, las pocas mujeres que son contratadas se encuentran en las oficinas, las líneas de ensamble, pintura, prensas u otras actividades de supervisión que no requieren de la pujanza viril que se utiliza en las guerras, la minería, la metal mecánica, la construcción, la seguridad privada, la fundición, los estibadores de campo de petróleo, los obreros de torre de perforación, entre otras profesiones que forjaron el mundo tangible que tenemos hoy pero que al 8M, en su búsqueda de patriarca, la hace golpearse contra la pared y victimizarse como una niña aburguesada.
…y comenzaron los acosos.
El mobbing laboral fue iniciado por la amante del director de producción, un egresado de la universidad privada más importante de México. Genny no disimulaba la envidia que tenía por Josefina y su pensamiento antifeminista feminista.
– ¿Eso qué es?, decía la más empoderada de todas. La egresada de los cursos express para panteísta y fan de Foucault. Una contadora con caderas enormes, corte de Blanca Nieves y aumento de busto pagado por el sindicato.
– No sé y me estás metiendo en un problema, los obreros la aprecian mucho Genny.
– Pero es que ve cómo tiene a todos en el sindicato, parecen soldados, trabajan y trabajan.
– Déjame hablo con ella, y tú corazón, mejor dame un besito, ya no hagas corajes.
Pablo le dio una nalgada y despidió a Genny con una risita de Mauricio Garcés en la película “Modisto de señoras”. El director de producción no era bien parecido, era un vástago pelirrojo con algunos dientes chuecos y marcas de acné en la cara. Los trabajadores le decían el Huasteco.
Al siguiente día, antes de que comenzara la junta matutina, Josefina ya intuía los temas a tratar, así que preparó muy bien su participación; el jefe se la pasó exhibiendo sus malas decisiones al contratar dos plomeros y esperaba el llanto de Josefina, pero ella guardo silencio, no mostró enojo y solamente asentó con la cabeza, le dio su lugar al don Juan de la planta y se retiró a su oficina.
Como era de esperar, Pablo iba cavando un hoyo para que Josefina callera, así mismo, daba tiempo a una reacción en contra de su grotesca amante, otrora, reina de las fiestas patrias en el Estado y alcaldesa de un pequeño municipio. No logró nada. Josefina seguía trabajando más y eso, no se debía hacer en aquel lugar.
Una tarde, Genny, cansada de ver que Josefina no se inmutaba por nada, obligó a dos obreros a violentarla, estos se negaron y su deliciosa majestad, los castigó con dos días extras sin pago, así aumentaron los acosos, las mentiras, las humillaciones de los trabajadores. Genny sabía que el talón de Aquiles de Josefina eran los obreros y presionó el botón que la haría explotar, su repudio al 8M. La denunció ante las autoridades por no ajustarse a las leyes de equidad de género.
Josefina, que ya sabía su plan, la exhibió por donde más le dolería, un expediente que comprometía a su hijo en lavado de dinero.
Al fondo se escucha una canción de la Tesorito, la favorita de los obreros, Josefina los mira de lejos y les pinta un corazón en el aire como señal de victoria. Les giña el ojo y se regresa a su oficina a seguir trabajando.