Entre aplausos y tras un conteo regresivo, fue cortado el listón que marcó el inicio de la exposición del tenango más grande del mundo, en el Congreso estatal, cuya obra será exhibida desde este día hasta el 10 de abril.

La obra de arte, de 6.8 por 15 metros, con una imagen del mapa de México, fue extendida en el lobby de la Torre Legislativa, en el que se plasma la creatividad de 167 dibujantes y mil 247 tejedoras.

La titular de la Secretaría de Turismo, Elizabeth Quintanar, destacó que el objetivo es reconocer el talento de las y los maestros artesanos, además de visibilizar a la comunidad de San Nicolás, a la cual se reconoce como cuna de este arte textil.

«Sentí muy bonito, aunque no sabía para qué era, pero me emocioné más cuando supe cómo había quedado el tenango», dijo la maestra bordadora Macaria Martínez Pérez, originaria de Tenango de Doria.

La artesana Catalina Monroy Rivera, de Tolcayuca, expresó su orgullo por haber participado en el bordado y llamó a valorar este arte para que no se pierda la tradición, especialmente entre las nuevas generaciones.

El evento se realizó en el marco del Día del Tenango, y la presidenta del Comité de Artesanas Promotoras aprovechó para exhortar a las autoridades y a la ciudadanía a valorar y reconocer el arte local. Agradeció al Congreso y a la Secretaría de Turismo (Secturh) por promover esta exposición.

«Es un llamado a la acción concreto, el arte conmueve conciencias, despierta sentimientos y genera transformación. Las comunidades artísticas necesitan apoyo estructural para que las próximas generaciones vivan mejor y su arte sea reconocido», expresó.

La presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, Johana Moncerrat Hernández, reconoció el esfuerzo de mil 247 artesanos y refrendó su compromiso con el gremio. Por su parte, Cynthia Citlali Delgado, presidenta de la Comisión de Cultura, aseguró que la cultura del tenango sigue viva gracias a quienes continúan bordando historia con hilo y aguja.

El evento concluyó entre color, orgullo y tradición, con la venta de productos hechos a mano por las propias artesanas que dieron vida al bordado.