Napoleón González, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, señaló que en lo que va del año se han registrado siete casos de rabia bovina, de los cuales uno ocurrió en enero, tres en febrero y el resto en marzo; el año pasado se dieron 16 casos.
En el 2018 se registraron 20 casos; en el 2019, 26; en el 2020, 24; en el 2021, 21 casos; en el 2022, 25 y en el 2023.
Lo anterior lo detalló luego de ser cuestionado sobre el más reciente caso detectado en San Felipe Orizatlán y negar que en Tlanchinol hayan ocurrido más de 32 casos.
“Son asuntos que lleva el comité pecuario de sanidad, trabajamos de la mano con ellos, y la verdad es que son casos aislados y pocos ”, afirmó.
Comentó que los ejemplares se infectan tras ser mordidos por un murciélago; “hay dos tipos de murciélagos: los que comen fruta y los que chupan sangre, este es el que transmite la rabia a los animales, por eso hay campañas para poder capturarlos, vigilarlos y también se hacen recorridos”.
Los productores, dijo, pueden darse cuenta del contagio debido a que los bovinos se quedan paralizados o sacan espuma por la boca; una vez comprobado el diagnóstico se prohíbe la venta de carne de ese animal y se sacrifica para posteriormente enterrarlo.
Reiteró que están trabajando de la mano del Comité Pecuario y que la entidad cuenta con 27 municipios de zona libre “es decir que se hacen buenas prácticas en el manejo, cuidado y movilización de los ganados por lo que hay certeza de que el ganado está limpio”.
De igual forma, dijo, están al pendiente de aquellos municipios que no forman parte de la zona libre, una calificación que da el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y Agricultura de Estados Unidos para permitir la comercialización de carne, ya sea de animales vivos o muertos
“Hidalgo tiene esa responsabilidad del buen manejo de lotes de ganado”, precisó.