“Vengo por fe, no por las ventas”, afirmó para Síntesis la Señora Félix, oriunda de Actopan, quien desde las 7:00 horas se instaló en el atrio de la iglesia de San Francisco a vender palmas.
Desde hace cinco años ella aprendió a tejer la planta con manzanilla, laurel y claveles; su suegra le enseñó esta tradición que su esposo aún conserva.
Desde las 5:00 horas salió de su casa rumbo a la capital del estado para ofertar entre 20 y 30 pesos los ramitos.
“Antes si se vendía, ahorita ya no, la gente joven ya no compra”, afirmó la adulta de 69 años, quien espera vender 40 palmas a lo largo del día.
“No obtengo mucha ganancia; con los pasajes, el costo de la manzanilla y en cien pesos están el rollo de claveles; no sale, nada más es venir para distraerse”. afirmó Félix.
Recordó con nostalgia que hace 30 años cuando acompañaba a su suegra se vendían hasta 300 palmas en Domingo Ramos, pero el costo era mucho menor, los feligreses podían obtenerlas en dos y tres pesos.