“Ya estoy harto, me quiero morir”, fue la frase que un día M.B, (a quien llamaremos Diego), un infante de 12 años, externó a su mamá tras salir de clases de la escuela Everardo Márquez.
Esa fue la última alerta, las primeras alarmas que la mamá de Diego observó fueron en noviembre del año pasado cuando su hijo no quería ir a la escuela porque le dolía el estómago o no había dormido bien; tras una visita al doctor le diagnosticaron gastritis.
Diego se quejaba de que su maestra (L.J.) era exigente, que lo regañaba a cada rato e incluso condicionó a su único amigo para que se alejara de él; “Si te sigues juntando con Diego no te darán carta de buena conducta”. Por ello, suplicó a su mamá para que su amigo no fuera invitado a su cumpleaños por temor a que lo reprendieran.
Pese a que Liliana, la madre de Diego, fue a la escuela para ver qué estaba pasando para que su hijo sintiera el terror de pisar el aula, nunca tuvo una respuesta concreta, en su lugar le pidieron estudios que en un principio arrojaron dislexia y discalculia.
Sus movimientos los hizo a través de Facebook, escribió vía Messenger a Natividad Castrejón, secretario de Educación y tras no ver un cambio, el caso, que incluye frases despectivas por parte de la profesora, lo difundió en redes sociales.
El asunto derivó en una carpeta de investigación por violencia familiar en la Procuraduría General de Justicia del estado de Hidalgo (PGJEH) y también se notificó al Registro Estatal de Prevención, Atención y Erradicación de Violencia Escolar (REPAEVE). Hace un mes Liliana recibió una llamada para informarle que seguirían el caso y preguntarle si el niño había vuelto a clases, ella les informó que lo había cambiado de escuela por temor a represalias.
De acuerdo con Alan Álvarez, titular de la dirección ejecutiva de de Seiin Ac, es bastante común que se mueva de institución a los alumnos o a los maestros que incurren en acoso escolar “es algo más administrativo que penal, pero no hay trabajo de psicoeducación”.
Por su parte, Natividad Castrejón, titular de Educación, afirmó que son muy pocos casos en los
que se llega a dicha medida; “muy pocas veces un infante es cambiado, sólo es cuando los tutores lo solicitan. La mayor parte de los problemas se resuelven dialogando”
La experiencia de Diego es una de las 540 casos de acoso escolar que se han registrado en el ciclo 2024-2025, de los cuales 326 ya están concluidos y 214 continúan en proceso.
Castrejón afirmó que cuando hay un proceso legal, inmediatamente se separa de cargo al maestro, acto que sucedió en este caso; “tenemos que esperar las indicaciones de nuestras autoridades, pero hemos contribuido conforme a protocolo y todo lo que se nos ha requerido lo hemos dado a las autoridades”.
A Diego le gusta su nueva escuela, tiene amigos, participa activamente en las actividades y por primera vez, después de un gran tiempo, no quiere faltar a clases. Liliana continúa a la espera de que le digan que sigue en este proceso.
De acuerdo con datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), en el 2023 se contabilizaron mil 528 víctimas hidalguenses de violencia en las escuelas; 203 de uno a cinco años, 673 de 6 a 11 años y 722 de 12 a 17 años.
En el rubro de violencia física se detectaron 85 casos de infantes hidalguenses: dos de uno a cinco años, 33 de 6 a 11 años y 50 de 12 a 17 años, en violencia sexual se contabilizaron 13 casos: uno en menores de cinco años, nueve en infantes de 6 a 11 años y tres de 13 a 17 años y la violencia psicológica acumuló 14 infantes.
En enero del 2025 Castrejón, detalló que en lo que iba del ciclo escolar 2024- 2025, se habían registrado 299 casos de algún tipo de violencia en el nivel primaria predominando la física, seguida de la psicológica, sexual, moral y cibernética
En dicho momento 98 casos estaban cerrados y 201 estaban abiertos y en proceso de análisis por parte de Repaeve, además de que los casos representaban un 30% menos con respecto al ciclo 2023- 2024; 79 de ellos por abuso sexual y maltrato estaban en la Procuraduría General de Justicia del estado de Hidalgo (PGJEH).