Eli llegó a los seis años de Cuba a México junto a su familia, con su maleta llena de recuerdos y a sus 13 años, extraña su infancia en la isla caribeña. Desde entonces se ha enfrentado al reto de adaptarse a nuevos entornos como la diferencia cultural, el idioma, la nostalgia por su tierra natal y el proceso de construir una nueva identidad.

La menor comentó a Síntesis Hidalgo que una de las cosas que más le sorprendieron desde su arribo al país fueron las celebraciones, como el “Día del Niño”: “Al principio me sentía rara, porque en Cuba sólo celebramos un ratito, pero aquí celebran todo el día. No entendía muy bien, pero después me acostumbré y hasta lo celebraba”.

Según Eli, México le ha servido de inspiración, porque desde el primer momento quedó admirada por su riqueza cultural y arquitectónica, por los pueblos mágicos, los bailes folklóricos y la gastronomía, aspectos que consideró no son comunes en Cuba.

Además dijo que sueña con estudiar arquitectura, y se relaciona a que los edificios fueron las primeras cosas que le impresionaron al llegar a México: “recuerdo que fue lo primero que vi y eso me inspiró”.

Sin embargo expresó que extraña Cuba y aquellos momentos que pasaba con su familia, especialmente con su abuela, cuando iban a la playa a ver el atardecer y sentir la brisa del mar. Eli, añora los sabores de sus primeros años de infancia en Cuba, como los plátanos fritos y su platillo favorito, conocido como “ropa vieja”, hecho con carne, garbanzos, papas fritas, ajo y cebolla.

Salir de su país natal no ha sido fácil. En la escuela enfrentó obstáculos, como escuchar risas por su acento. Aunque admitió que no eran burlas pero pudo ser que la ignorancia haya influido, ella aseguró que en ocasiones esos comentarios la ofendían.

Por otro lado, con un tono de orgullo dijo sentirse feliz de ser mexicana, tras haber recibido su carta de naturalización del gobierno estatal. “Ahora me dicen que soy más mexicana que el nopal”, expresó, dejando claro que, a pesar de todo, no ha olvidado sus raíces.

“Ya me acostumbré al acento mexicano y a veces ni me acuerdo de cómo hablaba antes y estoy perdiendo mi acento cubano, ya me sé las palabras mexicanas y me gustan. A veces cuando hablo con mi abuelita por teléfono, ahora soy yo quien no entiende algunas palabras”, relató.

La ahora adolescente dejó una reflexión para otros menores migrantes: “La migración no es fácil, pero es una oportunidad para aprender y conocer nuevos lugares, culturas y personas. Les diría que le echen ganas, que no pierdan la esperanza. Aunque al principio se sientan perdidos, amen el lugar donde viven, como yo amo a México”.

El amor a México por parte de la familia de Eli los llevó a buscar el sueño de obtener la doble nacionalidad, esto fue posible gracias al programa “Ya soy hidalguense”, encontraron apoyo del gobierno hidalguense.

Apoyos administrativos a migrantes

Este derecho está respaldado por el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, que establece que toda persona tiene derecho a una nacionalidad y a no ser privada de ella de forma arbitraria.

El programa es impulsado por la Dirección General de Atención al Migrante, dependiente de la Secretaría de Bienestar Social estatal (Sebiso). Ante ello informó que en 2024, un total de 77 menores obtuvieron su nacionalidad mexicana: 44 niños y 33 niñas.

Así lo dio a conocer el director de la institución, Manuel Aranda, quien agregó que el apoyo continúa vigente. En lo que va de 2025 dijo que se ha otorgado la doble nacionalidad a dos niños y tres niñas, la mayoría de ellos menores que regresaron con sus familias desde Estados Unidos.

Además, Aranda señaló que varios menores también se han beneficiado con la gestión de pasaportes estadounidenses. En 2024, 18 menores (seis niños y 12 niñas) obtuvieron este documento; en 2025, lo han conseguido un niño y una niña.

La dirección reportó que debido a las políticas migratorias del gobierno de Estados Unidos, hasta el 30 de marzo de 2025 se han repatriado 597 hidalguenses, de los cuales 34 son menores de edad: 26 niños y ocho niñas.

Muestran organizaciones internacionales respaldo a este sector social

Rafael Castelán, integrante del Consejo Directivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), destacó que existen organizaciones que apoyan a los migrantes, como el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), que ofrece talleres y servicios integrales, incluyendo educación sexual, y trabaja en mejorar los protocolos de atención de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

El activista también mencionó otras instituciones como Plan International y World Vision, además de explicar que REDIM participa en un mecanismo transnacional similar al Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), pero con alcance internacional, entre Guatemala, Honduras y México.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) hizo un llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe para que adopten procedimientos para reunir a los niños, niñas y adolescentes con sus cuidadores. Además dio a conocer que mantiene su compromiso de trabajar con los países de la región para proteger a este sector social y garantizar que sus políticas migratorias tomen en cuenta el interés superior de la niñez.