A lo largo de las épocas los seres humanos de las diferentes culturas han creado su propia cosmogonía. Por ejemplo, algunos creían que las estrellas estaban unidas a una enorme esfera que giraba alrededor de la Tierra. Los antiguos griegos fueron los primeros en intentar explicar por qué ocurrían los fenómenos naturales sin recurrir a causas sobrenaturales y, al hacerlo, transformaron la astronomía, de un culto místico a una ciencia. Los pensadores griegos se dieron cuenta de que las creencias astrológicas predominantes no se correspondían con las reglas del universo que comenzaban a descubrir. Hoy día, sabemos que las estrellas y todos los demás cuerpos celestes se encuentran a diferentes distancias radiales de nosotros, y que solo parecen moverse alrededor de la Tierra porque ésta gira sobre su propio eje. Sin embargo, los científicos han tenido que imaginar que la Tierra está envuelta por una enorme esfera celeste, para poder describir las posiciones de las estrellas en el cielo nocturno. Por lo que ahora se puede ubicar las posiciones de estos objetos usando un sistema de cuadrículas con puntos y líneas de referencia, similar al sistema de Mercator, que se ha venido usando para determinar las ubicaciones de pueblos y ciudades de todo el mundo y así también determinar las zonas horarias en la Tierra. Es importante mencionar que se volvió muy valioso el concepto matemático de esfera o bóveda celeste en Astronomía, al usarse para poder ubicar las posiciones de estrellas, galaxias, planetas, constelaciones, y otros cuerpos celestes, respecto de la Tierra.

La ubicación de objetos astronómicos en el cielo se realiza de la misma manera cómo se hace en la Tierra, para ubicar ciudades o poblaciones, usando las medidas de latitud (declinación, en astronomía) y longitud (ascensión recta, mencionado en astronomía), pero sobre la superficie de una esfera imaginaria. Se usan las unidades de grados, minutos y segundos; tanto al norte como al sur del ecuador y a derecha e izquierda de un meridiano de referencia como en el caso de la Tierra, que es el meridiano de Greenwich (distrito de la ciudad de Londres, en Inglaterra), en el cual se estableció el meridiano cero. Sin embargo, cuando se habla de ecuador celeste, éste al ser imaginario, se vuelve útil para ubicar a las estrellas respecto de nuestra posición geográfica en la Tierra.

El equivalente celeste de la longitud en la Tierra se llama ascensión recta (AR), y no se mide en grados, como la longitud, sino en unidades de tiempo: horas, minutos y segundos, teniendo que 24 horas equivalen a 360 grados y una hora de AR equivale a 15 grados de arco. La línea cero de ascensión recta (el equivalente celeste al meridiano de longitud de Greenwich de la Tierra) pasa por el punto donde el Sol cruza al ecuador celeste, esto es, en el primer momento en que llega la primavera en el hemisferio norte o equinoccio de primavera.

Imaginando a la esfera celeste, la declinación aumenta desde cero grados, a partir del ecuador celeste y llega hasta los noventa grados en cualquiera de los polos. Al norte del ecuador celeste, la declinación se indica como positiva (+), mientras que al sur es negativa (-). Este esquema de ubicación de los objetos astronómicos permite saber, si desde la latitud dónde una persona se encuentra, podría ver un fenómeno determinado, o un cuerpo celeste específico. Por ejemplo, la mejor posición para observar a la galaxia Andrómeda (preferentemente usando un telescopio), es encontrarse en la declinación: +41 grados 16 minutos 09 segundos y ascensión recta de 00 horas 42 minutos 44.3 segundos. Otro caso es por ejemplo la estrella polar o Polaris la que es encontrada en la declinación: +89 grados y ascensión recta de 01 horas, 49 minutos. La espectacular estrella Rigel, en la constelación de Orión, se encuentra en la declinación: -08 grados, 15 minutos y ascensión recta 05 horas y 12 minutos.

La parte de la esfera celeste que un observador ve depende de su ubicación: a qué distancia se encuentra del ecuador, ya sea al norte o al sur. Un observador situado directamente en el Polo Norte, con el Polo Norte Celeste directamente sobre su cabeza, solo verá el hemisferio norte del cielo. Por otro lado, si se encuentra en el ecuador (con el ecuador celeste directamente sobre él), puede ver desde su ubicación hasta los polos celestes, que se encuentran en los horizontes norte y sur. A medida que la Tierra gira, todos los objetos del cielo salen por el este y se ponen por el oeste, de modo que, a lo largo de un año, todos los objetos celestes aparecen en el cielo por la noche. Sin embargo, la mayoría de las personas viven en latitudes medias, por lo que su visión del cielo se encuentra entre estos dos extremos. En un año determinado, ven todos los objetos de un hemisferio celeste y parte del otro. Cuanto más cerca estés del ecuador, mayor será el área de la esfera celeste que podrás ver.

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Universidad Politécnica de Tulancingo. alfonso.padilla@upt.edu.mx