“Caro… pero hay”. Los precios de productos básicos de consumo generalizado, como frutas y verduras, han comenzado a elevarse en la Central de Abastos de Pachuca, donde este fin de semana numerosos pachuqueños acudieron a abastecerse para toda la semana.
Los consumidores se encontraron con que precios de alimentos de consumo generalizado “están por las nubes”, y una bolsita con ocho nopales pequeños se ofrece en 25 pesos.
“Si, está caro, pero hay… peor será que no hubiera, como con la gasolina”, afirmó quien ofrece el kilo de cecina en 200 pesos; el queso Oaxaca en 120 y el requesón mezclado con epazote y chile verde en 100 pesos el kilo.
Productos como el jitomate se ofrece con precios que van de los 18 pesos –pequeño y aguado, “para el día”-, hasta en 35 pesos el kilo de piezas de buen tamaño y color uniforme.
El chile verde se vende en ese centro de abastos en 80 pesos el serrano y 60 el jalapeño; el chile morita alcanza en estos días un precio de 180 pesos el kilo.
La oferta de cebolla se limita en estos días a piezas pequeñas y sucias, que se venden con precios de entre 20 y 24 pesos el kilo, mientras que la papa blanca alcanza precios hasta de 30 pesos el kilo.
“Pues la gasolina no ha dejado que bajen los precios”, argumentó Ansel Vargas, quien el fin de semana ofrecía manzana amarilla en 40 pesos el kilo, roja importada en 40 pesos y una amarilla pequeña y de piel ya arrugada, en 25 pesos.
La papaya de calidad se consigue en estos días en 19 pesos el kilo, mientras que el melón se vende en 17 pesos y las guayabas en 16 y 20 pesos el kilo, dependiendo de su tamaño y calidad.
En cuanto a carnes, la pechuga de pollo se ofrece en 74 pesos el kilo; la maciza de cerdo en 120 pesos y el bistec de res, en 150 pesos el kilo. El humilde chicharrón de cerdo alcanzó ya un precio de 40 pesos el cuarto de kilo.
En la Central de Abastos ya se vende “de a poquito” y no sólo en dos kilos o piezas completas. Es posible entonces adquirir tres ramas de apio por 5 pesos; media colifor por 12 pesos; una lechuga mediana por 10 pesos y un manojo grueso de espinacas por 15 pesos.
“Está todo carísimo”, se quejan consumidoras entre sí, para quienes el quesero tiene una respuesta: “caro… pero sí hay”.