Del año 2010 al 2016, la población hidalguense sin acceso a servicios de salud se redujo de 29.8 a 14.4 por ciento, frente a una media nacional de 15.5 por ciento, de acuerdo al Consejo Estatal de Población (Coespo), a punto de celebrarse el Día Mundial de la Salud, el próximo 7 de los corrientes.

Una reducción de casi el 50 por ciento de aquellas personas que carecen de atención médica por alguna institución, por su condición de trabajador, jubilado o estudiante, o de manera indirecta, al ser familiar de algún derechohabiente.

Información importante si se considera que el tema para este año 2019 en este festejo universal es la “Cobertura Sanitaria Universal”, con el objetivo central de la Organización Mundial de la Salud es alcanzar una cobertura sanitaria universal.

Para lograrlo, se considera, es crucial que todas las personas puedan tener la atención médica que necesitan, cuando la requieran, y muy importante, en el seno mismo de la comunidad.

 

En México, la salud es derecho constitucional

El derecho a la salud en México es constitucional, pues en su Artículo Cuarto, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que toda la población mexicana tiene derecho a la protección de la salud.

Este reconocimiento del derecho está alineado con marcos normativos internacionales en la materia, así como con los compromisos adquiridos por el Estado al ratificar los distintos tratados sobre derechos humanos, compromisos que adquirieron renovada relevancia en el año 2011 con la Reforma Constitucional en Materia de Derechos Humanos.

En México, informa el Coespo, el derecho a la salud forma parte de los derechos sociales, como lo establece la Ley General de Desarrollo Social (LGDS) en su Artículo Sexto, lo que obliga al Estado a garantizarlo y protegerlo a través de políticas gubernamentales, programas sociales o reformas legales, con el objeto de que el derecho a la salud pueda ejercerse plenamente.

Con base en la medición multidimensional de la pobreza que realiza el Coneval, se considera que una persona se encuentra en situación de carencia por acceso a los servicios de salud cuando “no cuenta con adscripción o derecho a recibir servicios médicos de alguna institución que los presta, incluyendo el Seguro Popular, las instituciones públicas de seguridad social (IMSS, ISSSTE federal o estatal, Pemex, Ejército o Marina) o los servicios médicos privados”.

 

Casi la mitad de la humanidad, sin servicios de salud

Sin embargo el objetivo de la OMS, de asegurar servicios médicos a toda la población mundial está lejos de alcanzarse, pues cerca de la mitad de la misma carece de acceso integral a los servicios sanitarios básicos.

Más de 800 millones de personas, casi el 12 por ciento de la población mundial, gastan al menos un 10 por ciento de su presupuesto familiar para pagar los servicios de salud.

La cobertura sanitaria universal (CSU) que propone la OMS, implica que todas las personas y comunidades reciban los servicios de salud que necesitan sin tener que pasar penurias financieras para pagarlos. La CSU abarca toda la gama de servicios de salud esenciales de calidad, desde la promoción de la salud hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos.

Muchos países ya están avanzando hacia la cobertura sanitaria universal, pero es necesario un mayor esfuerzo para avanzar más rápidamente hacia su consecución o por mantener los logros ya obtenidos.

En los países en que los servicios de salud son generalmente accesibles y asequibles, los gobiernos tienen cada vez más dificultades para responder a las crecientes necesidades sanitarias de su población y al aumento de los costos de los servicios de salud.

La mejora de la cobertura de los servicios de salud y de los resultados sanitarios depende de la disponibilidad, accesibilidad y capacidad de los trabajadores sanitarios de proporcionar una atención integrada de calidad centrada en las personas.

Las inversiones en personal de salud primaria son muy necesarias y contribuyen a mejorar la equidad en el acceso a los servicios de salud esenciales.

Otros elementos fundamentales son la buena gobernanza, la existencia de sólidos sistemas de adquisición y suministro de medicamentos y tecnologías en salud, y de sistemas de información sanitarios eficientes.