Luego de que el gobierno municipal de San Salvador diera a conocer la presencia de presuntos grupos infiltrados entre pobladores de la comunidad de Xuchitlán, diversos testigos del enfrentamiento en Palacio de Gobierno desmintieron dicha versión.
“Las personas que estaban en la manifestación sí reconocían a los agresores y les pedían que se calmaran, muchas mujeres, con vínculos familiares con ellos, les pedían que regresaran, iban por cada uno de ellos y los llamaban por su nombre”, indicó una testigo.
Asimismo, relató como las mujeres de la comunidad de Xuchitlán, que se encontraban a las afueras del edificio gubernamental, identificaban a quienes se encontraban entre la multitud, “decían: es él y se puso agresivo porque se enojó, es cuando deciden hacer una valla entre policías y manifestantes, antes de que iniciaran las agresiones”.
Indicó que, posteriormente, los pobladores revivieron su sentir, dando inicio a las agresiones, a lo cual los elementos de seguridad pública respondieron.
Ante los señalamientos, el presidente municipal de San Salvador, Armando Azpeitia, refirió que, cuando arribó al lugar de los hechos, fueron las y los inconformes quienes le aseguraron la presencia de infiltrados entre ellos, razón por la cual manejó dicha versión a la opinión pública.
Por su parte, representantes de la comunidad reiteraron el desconocimiento de quienes incitaron a la pelea en contra de los uniformados; además, advirtieron que, de no recibir información sobre el estado de salud de Leobardo Hernández, quien se encuentra internado en el Hospital General de Pachuca; y la liberación de Juan López, realizarán acciones y movilizaciones entre varias comunidades para que sus demandas sean atendidas.