Martha Canseco González
“El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con toda su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal”.
Simone de Beauvoir
Me pregunto, ¿cuándo las y los maestros de cualquier nivel de enseñanza entran al salón de clases, tienen la capacidad de dejar colgados a un lado sus roles y estereotipos de género, su machismo, sus mitos sobre cualquier tema, para poder enseñar sin ningún tipo de contaminación?, la respuesta es muy clara, ¡Muchos no son capaces!
Como muestra un botón, en los últimos días dos maestros de distintas instituciones de educación superior han sido separados de su cátedra por sendos comentarios totalmente contrarios a los derechos humanos de las mujeres y de la diversidad sexual, ¡no es casualidad!, la escuela también es reproductora del sexismo, la misoginia y la discriminación porque es una institución patriarcal.
Es cierto, existe la libertad de cátedra y de expresión, pero el ejercicio de cualquier derecho conlleva de inmediato y en automático a un compromiso, a una responsabilidad, y el compromiso y la responsabilidad sobre todo de las maestras y maestros es garantizar en el aula los derechos humanos de todas y de todos.
En suma, y sobre todo lo digo por los maestros varones, ¡no nos interesan sus opiniones personales respecto a las mujeres o a las personas que se relacionan con otras del mismo sexo, nadie les preguntó, absténganse de darla, eso forma parte de su vida privada, manténganla ahí, privada! Y no abusen de su posición de poder dentro del salón de clases, no fomenten la discriminación de ningún tipo.
De por sí a los hombres jóvenes les sobran justificaciones a sus violencias contra las mujeres como para qué los maestros le abonen. Ellos los toman como modelos a seguir, siempre piensen en eso, ¡por supuesto, no queremos más machos, con ustedes es más que suficiente!
Iván Ruíz, ¡el feminicidio nunca jamás será sinónimo de amor!, el feminicidio es una muestra de odio total hacia las mujeres y una envidia que a nosotras nos es muy difícil entender. Insistir en relacionar la muerte con el amor, es una idea medieval, machista y misógina, sal de tu caverna Iván. Decirte solo que cada una, cada uno tiene lo suyo, ¡no es muy complicado de aceptar! ¿verdad? Iván lee a Rita Segato para que entiendas todo lo que hay atrás de la violencia hacia las mujeres y deja de romantizar la violencia de género, es tu obligación como docente estar al día. Si no lo haces, qué te parece hacerte responsable de todos los feminicidios que ocurran a partir de ahora en el país y que con cada uno te agreguen años y años tras las rejas, seguro más de uno está dispuesto a complacerte, ¡hazte responsable de lo que dices!
Tú argumento fue que retomaste lo que otra persona dijo, pero resulta que no diste fuentes he hiciste tuyos sus dichos, ¿quién nos asegura que tus investigaciones, clases y libros son realmente tuyos y no de otras personas? ¡Nadie!
Mauricio Pavón, nadie preguntó tú opinión sobre el aborto y la orientación sexual diversa, ¡a nadie nos importa!, privilegio masculino hablar de lo que no se sabe. Lee, investiga y entiende, si no es así estrás imponiendo tu heterosexualidad y tú cortedad sobre el aborto a todas y todos, eso es un abuso de poder.
Deseo de verdad que las autoridades universitarias en ambos casos, se mantengan en su posición y que no volvamos a tener que escuchar sandeces de estos dos académicos, ¡no los queremos ni en las aulas ni en los medios de comunicación!, el verdadero reto es el cambio cultural.
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