Por: Franco H. Ixtlahuaca
“El tirano no es un producto de la generación espontánea: es el producto de la generación de los pueblos. Pueblo degradado, pueblo tiranizado. El mal, pues, está ahí, en la masa de los sufridos y los resignados, en el montón amorfo de los que están conformes con su suerte».
RICARDO FLORES MAGÓN
Este mes se conmemora un año más del movimiento armado dado en nuestro país a principios del siglo pasado el cual además de dejar un derramamiento de sangre a la par deja en pausa el crecimiento económico y social.
Para muchos este movimiento suele ser un parteaguas en la historia del México actual, sin embargo, si se analiza desde un punto de vista un poco más crítico, se pueden observar una serie de circunstancias un tanto místicas y misteriosas de los personajes involucrados tanto directa como indirectamente.
Es de conocimiento público que el mayor impulsor de este movimiento fue Francisco Ignacio Madero, hijo de un empresario algodonero con presencia en el norte de México y sur de los Estados Unidos, dato que se debe de tener muy presente; Madero durante su vida tuvo el privilegio de poder estudiar en las mejores escuelas de Estados Unidos (EE. UU.) y Francia, además de ser un asiduo lector y curioso en las artes espiritistas.
El arranque del movimiento armado de 1910 se da a partir del plan de San Luis, promulgado desde los EE. UU., y a la cabeza de este Francisco I. Madero, o por lo menos así lo dicta la historia en los libros de texto gratuito, pero ¿realmente fue orquestado por éste de manera personal?,¿u obtuvo ayuda de la nación desde donde fue promulgado el plan? Recordemos que para estos años nuestro vecino del norte ya daba muestras de superioridad y dominación, por algo Benito Juárez intentó copiar su modelo de crecimiento económico y político.
Ahora bien, lo siguiente es una teoría que se deja a bien de la interpretación del lector, cuando Porfirio Díaz llega al poder se cobija con las grandes potencias europeas, Inglaterra y Francia, dejando a un lado a nuestro vecino del norte y conforme va pasando su mandato, va incrementando la influencia francesa, tan solo basta ver las obras arquitectónicas que se llevaron acabo durante su mandato, todo esto se puede catalogar como mal visto por nuestro vecino del norte, le estaban quitando poco a poco a un subordinado y estaban haciendo a un gran competidor, algo inconcebible para ellos, igualmente con la intervención de estos países europeos se estaba faltando a la máxima estadounidense de la doctrina Monroe: “América para los americanos”.
Obviamente nuestro vecino del norte no iba a mandar a un ejercito para una intervención debido a la relación mantenida por parte de Francia e Inglaterra hacia con México, pero si podía orquestar una serie de circunstancias el cual desbocará en un conflicto interno para culminar con un movimiento armado entre connacionales y quien mejor para encabezar este proyecto que un hombre cobijado por la educación norteamericana. ¿Les suena familiar?
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