La jueza Yazmín Eréndira Ruíz, del Distrito en la Ciudad de México, suspendió este miércoles el auto de vinculación a proceso contra Jesús Murillo Karam, exprocurador General de la República, por el caso Ayotzinapa.
Se aclaró que la decisión no significa la libertad inmediata del ex funcionario federal, quien es imputado por la Fiscalía General de la República (FGR) por los delitos de tortura; contra la administración de justicia y desaparición forzada de personas.
Lo que sigue es que el juez de control del Reclusorio Norte de la Ciudad de México, Marco Antonio Fuerte, quien vinculó a proceso a Murillo Karam, suspenda el proceso penal que inició en su contra y reiniciarlo hasta que se resuelva el juicio de amparo radiciado en el expediente 771/2022.
La jueza Ruíz, titular del Juzgado Decimosexto de Distrito de Amparo en Materia Penal de la Ciudad de México, no ha publicado en los estados electrónicos del Poder Judicial de la Federación los detalles de su sentencia, lo cual podría ocurrir hasta mañana, 29 de septiembre.
Sin embargo, Jazmín Eréndira Ruíz sí publicó que se trata de una resolución en la que notificó que conoció del caso por cuestión de turno, pero solicito que el caso sea atraído por el Juzgado Segundo de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México
En el amparo interpuesto por la defensa de Jesús Murillo Karam éste se queja de una ilegal detención, la calificación de ésta por parte de Juez, la incomunicación de que adujo era objeto, así como la orden de aprehensión dictada en su contra y su ejecución.
También se quejó de la resolución de plazo constitucional dictada el 24 de agosto pasado, en la continuación de la audiencia inicial celebrada en la causa penal 307/2022, a través de la cual se determinó su vinculación a proceso.
Según la FGR Murillo Karam es el responsable de la llamada “Verdad Histórica”, sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el 26 y 27 de septiembre pasado en Iguala, Guerrero.
Con base en ello, según la FGR, el ex procurador consintió, de forma premeditada, la manipulación y alteración de evidencias, y el desvío de líneas de investigación para ocultar la verdad del caso y la localización de los 43 normalistas.