Por Jorge Esqueda
El mundo de la producción, venta y consumo de sustancias adictivas crece y se vuelve más complejo. Ahora se trata del fentanilo, que es también un asunto geopolítico, donde es una cara más de la también compleja y complicada relación entre China y Estados Unidos, con México en un papel creciente.
El fentanilo es un opioide sintético, es decir, que a diferencia de los obtenidos directamente de la amapola, se fabrica en laboratorio, siguiendo la estructura química de los primeros.
Recientemente se ha destacado que una pequeña cantidad de esa sustancia, al mezclarse con otras drogas como heroína, cocaína o metanfetaminas, aumenta la potencia lo que lleva a más adicción y en consecuencia al riesgo de morir por sobredosis. Un estudio del Brookings Institute, estima en un millón de decesos a las víctimas por sobredosis en Estados Unidos desde 1999.
También ya se ha destacado que no todo el fentanilo es ilegal, de hecho su consumo generalizado comenzó en recetas médicas, pero pronto el abuso lo volvió atractivo para el comercio ilegal y de ahí a su fabricación también ilegal solo bastó un pequeño paso.
Y ese pequeño paso llega hasta China, pues de ahí vienen los elementos químicos necesarios para su elaboración. Con una escala: México.
En efecto, hasta 2019 China comenzó a regular esta sustancia y sus precursores, en particular los realizados por vía postal, la carretera para llegar a Estados Unidos. Desde ese año muchos envíos son a través de México, de donde se reexporta al vecino del norte.
Pero el combate a esa carretera es ya un tema geopolítico. Estados Unidos presiona para que China haga más para frenar la exportación de fentanilo y los precursores para su elaboración. La nación asiática insiste en que lo ha hecho. Y es imposible que tome otras acciones, pues no le corresponden.
Argumenta que los controles a los precursores topa con que esas sustancias tienen también usos legales. Y pone como ejemplo que el acero se usa para la fabricación de automóviles y armas, y no se va a prohibir su exportación solo por su empleo también para armas.
Además, indica que de acuerdo a las prácticas usuales, toca al país que importa, en este caso Estados Unidos, evitar que las mercaderías compradas en otros países sean usadas para fines ilegales, y subraya que al exportador le es imposible verificar a sus clientes cuando se encuentran en otras naciones.
Por lo demás, sobre el cambio de la carretera que lleva fentanilo y precursores y ahora tiene escala en México, China afirmaba apenas en septiembre pasado, que no ha recibido reportes desde México sobre el uso de esas sustancias para producir drogas, ni tampoco Estados Unidos le ha dado evidencias sobre ese presunto flujo. (la posición china puede consultarse en https://cutt.ly/R36oiG2 ).
En consecuencia, todo está por hacerse en este tema. En Estados Unidos los fallecimientos por el consumo de este opioide sintético siguen al alza y continúan las acusaciones sobre el origen chino de la sustancia y elementos con que se elabora. China está firme en su posición ya descrita, mientras en México aumentan los datos de que este tipo de adicción crece. (https://cutt.ly/a36pvSP ).
Lo anterior sin que haya luz suficiente sobre zonas oscuras de este problema y en general del narcotráfico, específicamente la protección de funcionarios a narcotraficantes y la participación de la industria financiera.
De salida: El primer año de la invasión a Ucrania por parte de Rusia ha tenido dos “festejos anticipados”. Por una parte la visita sorpresa del presidente estadunidense Joe Biden a suelo ucraniano, y la respuesta rusa, menos de dos días después, de que suspende su participación en el Tratado sobre armas ofensivas. Mientras, Ucrania sigue poniendo las víctimas mortales en una guerra a la que hoy en día, no se le ve fin.
j_esqueda8@hotmail.com
…