Por Ing. Oscar Omar Chávez Campusano*

Pensar en el mes de septiembre para los mexicanos es pensar en fiesta, en alegría, en la Independencia de nuestro país, sin embargo desde hace unos años sobre todo desde el 2017 también el pensamiento colectivo de muchas personas, sobre todo los que habitan la CDMX y el centro del país, son “los sismos”, pensamientos y creencias que se han alimentado de terribles coincidencias, ya que dicho evento se ha presentado al parecer con frecuencia en este mes, y si no fuera poco ocurrir un 19 de septiembre en los años 1985,2017,2019, 2022.

Cómo explicar a los mexicanos que es una coincidencia, terrible, pero coincidencia finalmente, que un sismo no se puede predecir y mucho menos asegurar que ocurrirá en un mes y día especifico, y menos cuando la ciencia se ha encargado de demostrar por años que un sismo es un evento impredecible, entonces ¿qué está pasando, es acaso la ley de atracción, una maldición de los dioses o a nuestro país le gusta sacudirse en estas fechas? Incluso algunos aventurados han dicho que es necesario indagar en nuevas líneas de investigación.

¿Y bueno tiembla más en septiembre? En realidad, no, estadísticamente el mayor número de sismos en México ocurren en los meses de noviembre, diciembre y enero, pero como no ha ocurrió afortunadamente uno de consideración, al menos en los últimos años es por eso que no está en nuestro pensamiento VS lo que ocurre con el mes de septiembre.
¿Qué sabemos hasta ahora ¿Se registran más sismos en México actualmente? La respuesta es sí, los registros del Sismológico Nacional muestran un crecimiento exponencial en la cantidad de movimientos telúricos, con respecto a los últimos 10 años, mientras que en septiembre de 2013 teníamos registro de 100 sismos, actualmente se registran entre 800 o más de 1000 sismos en el mismo período. ¿Esto es malo? La realidad es que “no», no necesariamente ya que la tecnología y la cantidad de sismógrafos en nuestro país han aumentado, además ocurren muchos sismos a diario en nuestro país bajo nuestros pies de los cuales la gran mayoría jamás serán perceptibles.

La realidad es que poco, muy poco como habitantes del mundo podemos hacer contra estos fenómenos naturales, no podemos predecirlos, no podemos asegurar cuándo y dónde ocurrirá un sismo de gran magnitud, la única manera de defendernos es la prevención, informándonos, realizando simulacros, exigiendo mejores construcciones que cumplan las normas establecías, solo así podemos estar más preparados, para cuando nuestro territorio decida moverse fuerte otra vez.

 

*Ing. Oscar Omar Chávez Campusano
Jefe del Laboratorio El Colegio del Estado de Hidalgo *
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