Pan de muerto chico, mediano, grande y algunos espolvoreados en colores naranja y rosa inundan las vitrinas de la Panadería «La Flor de Pachuca», con motivo de la celebración a los fieles difuntos.

«Es innovar un poco pero respetando los colores de la celebración en tonos rosa y naranja por la flor de cempasúchil y hemos tenido buena respuesta, les llama la atención a los niños y a los jóvenes», afirmó Gustavo Vargas, dueño de dicho local.

Pese a que es uno de los comercios que venden pan de muerto durante todo el año, fue a principios de octubre que empezaron la producción masiva, pues el proceso llega a durar de siete a ocho horas, desplazando las otras piezas de pan.

El color es el que cambia pero el sabor sigue siendo el mismo: naranja con mantequilla y se oferta en diversos precios: de los 25 a los 300 pesos.

El mini muerto tiene un costo de 25 pesos; el chico, 40; el mediano, 60; el grande, 100 y el extragrande en 300 pesos