Por: Christian Falcón Olguín.
Durante el siglo XIX, la Constitución de 1857 delineaba la manera para elegir con “voto indirecto en primer grado y en escrutinio secreto” al Supremo Poder Ejecutivo, Presidente de la República, es decir, que se nombraban Electores o Representantes Distritales que estos a su vez le elegían de manera directa al mandatario de la nación; pero bajo cuáles lineamientos era posible el sufragio universal de un ciudadano definir a sus representantes.
Primeramente, iba dirigido a la población masculina, mayor de 21 años si era soltero o casado con 18 años cumplidos, tener un empleo comprobable o algún título de propiedad.
De tal manera, que las elecciones presidenciales no estaban abiertas a la población en general, sino a estos reducidos grupos sociales y votos camerales desde el poder legislativo, tal fue el caso de la última reelección de Benito Juárez en 1871, quien compitió con personalidades renombradas con prestigio desde su gabinete e incluso con un héroe de guerra del 5 de mayo, sus nombres respectivamente, Sebastián Lerdo de Tejada y el general Porfirio Díaz.
La votación descrita por el Diario Oficial en octubre de ese año, estableció que de la asistencia prevista de los 118 diputados, únicamente se presentaron a la sesión únicamente 116 representantes, quienes dieron un apabullante triunfo de reelección a Juárez con 108 votos, mientras que a Porfirio Díaz le concedieron 3 votos y 5 quedaron en blanco.
Posteriormente, ya en el régimen de Porfirio Díaz que, por más de tres décadas controló el voto popular desde las urnas y sus mecanismos constitucionales, hasta que, con el estallido de la Revolución Mexicana sorprendió a la democracia ficticia que existía en nuestro país; la voz popular clamaba que fuera escuchada desde el hartazgo de las desigualdades sociales, los derechos, la libertad de expresión y las nulas garantías individuales, pero, las voces eran calladas ante los abusos del poder.
En el siglo XX, en 1947, ya con la vigente Constitución de 1917, se dio pauta a la participación en democracia por parte de la Mujer, y fue a partir de ese momento que, su decisión ha sido crucial y fundamental en la balanza de las elecciones hasta la actualidad, sin embargo, este derecho vino acompañado del sufragio universal a partir de los 18 años en 1957, otorgándose a partir de la década de los sesentas una mayor participación desde diversas ideologías en la vida política de nuestro país.
A lo largo de dos siglos el caminar democrático para los mexicanos ha sido largo, la historia ha dejado constancia que no ha sido fácil, sino todo lo contrario, ha costado sangre, lucha social y levantar la voz desde las distintas oposiciones que han señalado los abusos, trágicos errores y corrupción de los distintos regímenes de gobierno, incluso en las alternancias partidistas en las últimas décadas. Por ello es que es necesario reflexionar ¿Por qué no se valora el derecho a ejercer el sufragio por parte de la ciudadanía? ¿Hasta cuándo el desinterés pesará más que la participación activa de este derecho constitucional? ¿Qué te otorga el abstencionismo?
Existe en este 2024, un padrón electoral que se integra por alrededor de 93 millones de votantes, la elección presidencial de 2018 se tuvo una participación cercana del 63 por cierto, es decir, casi el 40% decidió no ejercer su derecho por múltiples razones, sin embargo, es lamentablemente que a pesar de las campañas de concientización del Instituto Nacional Electoral, de partidos políticos y organizaciones civiles no logran alcanzar los niveles mayores de participación.
Por ello, que es fundamental que, en esta jornada electoral de este 02 de junio, es un día de celebración democrática; es un día de libertad e igualdad, ya que todas las mexicanas y mexicanos somos libres de ejercerlo, sin distinción o limitantes social, y ahora hasta pueden votar desde el extranjero.
¿Y que está en juego en esta elección? A nivel nacional los proyectos y programas con impacto mínimo para los próximos 10 años, desde áreas de la economía, empleo, cultura, artes, deporte, investigación, educación, entre muchas otras más. ¿ya te disté cuenta la edad productiva tendrás cuando estos te impacten, como moldearan tu vida y la de tus seres queridos? Sin dejar de lado, el avance democrático, de derechos humanos fundamentales, las libertades, en síntesis, el valor de ser un ciudadano.
El fenómeno de las encuestas ha generado la doble percepción, mientras unos aseguran que están respaldadas por las mejores metodologías para realizarlas, otros defienden que son subjetivas y tendenciosas a quien las paga y solicita para que tenga un impacto social, dejando ante ello, dudas de las diversas fotografías de los momentos del proceso electoral, por eso, que la mejor encuesta, es la que puedes realizar personalmente con tus vecinos, compañeros de trabajo, amigos y familiares que conocen la realidad dónde vives, para que así, tomes la mejor decisión personal.
Decide salir a votar por lo que tu conciencia y tu razonamiento de dicten, es decir, no porque los partidos o coaliciones te piden que votes parejo, analiza por quien deseas elegir para la presidencia de la república, decide por un poder ejecutivo que sea eficiente administración de los recursos públicos y los intereses de la nación; también vota por un congreso que escuche tus necesidades y replique tu voz en la máxima tribuna del pueblo; pero no votes por una mayoría aplastante, pues hoy requerimos legisladores capaces para debatir las ideas y llegar a acuerdos en beneficio nacional, que, desde la autonomía republicana generen las mejores leyes y presupuestos, con el sello no de un partido político, sino con la etiqueta de la dignidad humana y social de México.
Vota reflexiva y responsablemente, recordando a quien desde una candidatura busca encabezar una presidencia municipal, recuerda que este será el gobierno que te otorgara la primera atención a tus necesidades y problemáticas, asimismo, reconoce su candidatura a partir de la vecindad, amistad o interacción social que les comparte, idéntica su calidad moral, amistades y equipo de campaña, e importantísimo, en caso de ganar, quienes son la planilla de síndico y regidores que les acompañaran a ejercer desde el cabildo las decisiones fundamentales para el progreso de tu municipio.
El voto te permite refrendar la confianza de un ejercicio gubernamental y las políticas públicas aplicadas, logros y cumplimiento de sus promesas de campaña, pero también, es válido marcar el rechazo o la alternancia por otro proyecto de gobierno que asuma los retos sociales, por eso es importante tu participación y elegir libremente.
Concluyo diciendo, que dentro de la cultura del sufragio o voto, es un derecho que debe fomentarse y defenderse desde la formación cívica de la niñez y los adolescentes, pues los primeros ejercicios democráticos son en las aulas al elegir a un jefe de grupo o a una sociedad de alumnos, al igual que en casa cuando se definen a los representantes vecinales o delegados de colonia, sin dejar de lado a los vocales y delegados sindicales en el trabajo, así sucesivamente, hasta que llegar a los puestos de elección popular que dan rumbo a nuestro municipio, estado o país.
Aquellos puestos que desde hace 3 meses estuvimos viendo en la propaganda de espectaculares o lonas de campaña, donde la saturación auditiva y visual de propuestas y promesas de campaña generaron opiniones encontradas, pero también coincidencias, como la que en últimos días se ha generado, reflexionar, comprender y defender, el derecho de votar.