Por: Ricardo Del Valle 

Hace no apenas mucho tiempo la palabra Resiliencia llegó para quedarse. Esta palabra, aunque antigua (pues proviene del latín clásico), se encontraba en total desuso y no fue sino hasta en 1972 cuando fúe traída de nuevo a la época para acuñarla principalmente, en la definición hacia las personas que pese sus carencias para subsistir, poseían un desarrollo psicológicamente saludable y hasta exitoso en su entorno social.

Pasaron algunos años, en los que muy lentamente se fue esparciendo éste vocablo y actualmente convive de nueva cuenta con nosotros, abrigándonos con la energía de su significado.

Y es que como ya sabemos, la comunicación del Hombre es un don Divino (la mayoría de las veces se nos olvida) con el cual, además de poder interactuar entre nosotros y desarrollarnos como civilización, tiene la Fuerza tanto para destruir por completo, como también para elevar a su más Alta expresión a la humanidad.

Volviendo al término de Resiliencia, es en éstos tiempos en los que con la vibración con la que fué hecha, es ahora con la que nos nutre de su propósito y nos exhorta a enfrentarnos a la vida de una manera desde llevadera, hasta heroica.

Si bien es cierto que nuestra individualidad como personas está estrechamente ligada a la particularidad de nuestro círculo social con la que el destino o El Ser supremo nos haya deparado, es por otro lado que tenemos totalmente en nuestras manos: primeramente el poder discernir de acuerdo a nuestro nivel de conciencia las dificultades que como a TODOS los individuos nos aquejan, y segundo y no menos importante, HACER FRENTE CON LA CONCIENCIA y RAZÓN de manera valiente, todos los hechos que perturban nuestra vida.
Aquí vemos dos aspectos un tanto diametrales: Conciencia y Razón. Esto es lo que llegamos a ver cómicamente antes en la televisión: como un angelito y un diablito en los hombros del personaje al que le susurraban distintos consejos… Pero la verdad es que sí algo hay de cierto en eso!

La Conciencia es la capacidad con la que por medio de la mente, nos conectamos con lo Superior y podemos así pensar en la mejor vibración posible, y la Razón, es el resultado que de acuerdo con nuestra inteligencia, nos permite tomar decisiones pragmáticas.
Luego entonces, ¿que pasa si echáramos mano de ambas facultades?
Éso! Usemos a la aptitud de la Conciencia para asumir (y entender) los problemas a los que nos enfrentemos, y por medio de la Razón afrontarlos inteligentemente.

Cuando oímos que “la vida es una batalla diaria”, la verdad que sí es cierto, pero jamás debemos olvidar que estamos fuertemente armados con el escudo de la RAZÓN y la espada de la CONCIENCIA, para así, investirnos con la armadura de la RESILIENCIA y con todo ello, librar cada uno de nuestros diarios combates.
Es cuanto.