Por: Carlos R. Muñoz Moreno
El ex presidente Andrés Manuel López Obrador logró, tras una larga travesía y una transformación del país, ganar la elección presidencial del 2018, y desde allí ha construido una nueva visión de país, donde se trata de poner en primera línea a los sectores más vulnerables del país, de recomponer su nivel de vida, de “poner piso parejo” para que ellos y ellas tengan mejores oportunidades de desarrollo, mejores condiciones de vida, una sociedad más equitativa y justa.
Ha habido, hemos habido detractores y defensores de esa visión, y se han encendido y apagado polémicas, reformas constitucionales, vetos a reformas, diatribas, dimes y diretes, y una polarización muy marcada que ni con el correr de los seis años se apaciguó. Una cosa sí fue clara, la mayoría de los electores jamás abandonó su decisión de respaldar el proyecto del expresidente y en el camino su partido, MORENA se convirtió en la primera fuerza política de México, que hoy goza de mayoría en gubernaturas, congresos locales, ayuntamientos, congreso federal y senado, dándole también el voto de confianza a la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum para consolidar esta llamada Cuarta Transformación que se respalda en lo que el propio AMLO llamó y postuló como el humanismo mexicano que no tiene como sustento sino la Filosofía de la Liberación que se construye desde las comunidades, desde el lugar del pobre, con una perspectiva que ayude a mirar desde esa realidad las necesidades de esos grupos vulnerables y vulnerados en sus derechos esenciales.
Por eso en los tres ámbitos de gobierno es necesario que se consolide esa visión y esas políticas que le permitan a MORENA llevar a una realidad esa Transformación, para refrendar que no se ha tratado de la visión de un líder aislado, sino de una visión compartida donde militantes y no militantes, con orígenes diversos, son capaces de amalgamar sus experiencias, conocimientos y cosmovisión para hacer realidad un país más humano, incluyente, justo y tolerante.
De la vieja guardia izquierdista, del priismo, del panismo, del perredismo, del sindicalismo, desde la sociedad civil, han arribado hombres y mujeres comprometidos con esa visión que está en la hora de abonar a una visión de país donde consolidar la 4T debe ser sinónimo de probidad, de inclusión, de compromiso y de cada vez menos confrontaciones y más comunicación, articulando políticas y acciones que hagan cada vez más accesible el objetivo de poner en primer lugar a los pobres.
Seguridad, paz social, estabilidad, consolidar esta nueva visión de estado bajo los principios de construir desde el lugar del pobre, es el gran reto del gobierno federal y también de los gobiernos estatales.
Y esta consolidación requiere que se siga trabajando en la búsqueda de los mejores perfiles, en los relevos necesarios, en personas capaces de construir y reconocer, de integrar e integrarse a un trabajo que requiere unidad, trabajo coordinado, pero sobre todo, de las personas capaces de entender lo que, desde el lugar del pobre es necesario para construir con visión de largo plazo, con autocrítica y con capacidad.
Un abrazo a la cuatitud