Los vestigios más antiguos que se han encontrado sobre las primeras pinturas que el ser humano realizo, son de aproximadamente ochenta mil años, intervalo entre el primer y el segundo máximo de la última glaciación. Estas pinturas eran simplemente contornos en rojo, negro y amarillo, que no guardaban mayor rela-ción con los colores reales del objeto. La pintura en paredes y techos de cuevas marcan de forma casi simultánea, el despertar del artista en el hombre. Los si-guientes artistas se cree fueron los cromañones, principales portadores de la cul-tura auriñaciense. Probablemente, las formas artísticas más antiguas fueron las curvas paralelas, espirales, serpentinas, grecas y trazos entrelazados con los de-dos, generalmente usaban tres de éstos, o con una rama bifurcada o incluso con un instrumento dentado. A éstas les siguieron las representaciones pintadas de manos humanas en negro y rojo.
El estudio del color como ciencia tuvo sus orígenes en la antigua Grecia, hace unos veinticuatro siglos. Esta ciencia nace en medio de las guerras del Pelo-poneso, la filosofía griega fue lo suficientemente amplia como para incluir al color y lo suficientemente penetrante como para prefigurar las conclusiones modernas más importantes. Aristóteles comprendió que la luz es necesaria para el color y que los objetos ordinarios parecen coloreados solo porque absorben la luz. Los griegos carecían de una palabra para absorción, por lo que Aristóteles usó la pa-labra: contaminación. Aristóteles enseñó que los objetos materiales imponen ne-grura a la luz blanca que incide sobre ellos, y que se producen diferentes colores cuando diversos objetos imponen diferentes tipos de negrura al blanco.
El color es una característica fundamental de la vida. Criterio de selección natural o de adaptabilidad en ciertas especies animales, es un vector de comuni-cación, de impresión y de reconocimiento, el cual desempeña un papel esencial en las actividades humanas. Sin embargo, pocas personas son conscientes del fe-nómeno de la absorción selectiva y de los mecanismos biofísicos y psicofísicos que rigen nuestra visión colorida del mundo. Ninguna explicación sobre la visión del color en el ser humano, podría ser explicada, si no se considera el funciona-miento del ojo, y particularmente de la retina de éste.
La capa fotosensible del ojo, o retina, es la más interna de las diversos re-cubrimientos sobre el globo ocular y se encuentra, justo dentro de la coroides y contra el humor vítreo. Es esencialmente una estructura de células nerviosas indi-viduales. La estructura retiniana completa, tiene un grosor promedio de aproxima-damente  trescientas micras. La retina recubre aproximadamente dos tercios de la superficie interna del globo ocular. Cerca del polo posterior del ojo se encuentra una mancha de aproximadamente un milímetro de diámetro, dentro de la cual la retina está ligeramente engrosada y presenta un color amarillento, conocida como mácula. En el centro de la mácula se encuentra una pequeña depresión conocida como fóvea, con un diámetro ligeramente inferior a un cuarto de milímetro. En esta zona se encuentra nuestra visión diurna más aguda, tanto para reconocer los detalles finos como para distinguir las diferencias de color.
A unos cinco milímetros hacia la nariz desde la fóvea, la retina está perfo-rada y conectada a un manojo de fibras, éste es el nervio óptico. Existe un orificio en la retina, de aproximadamente un milímetro de diámetro, por donde pasa el nervio óptico. Este orificio no contiene células fotosensibles como las que se en-cuentran en el total de la retina, por lo que es de esperar que el ojo presente ce-guera en la zona correspondiente, dentro del campo visual; debido a este orifico. Este agujero subtiende unos tres grados. Experimentalmente, se muestra una re-gión de muy baja sensibilidad, denominada punto ciego. Esta zona de ceguera relativa en el ojo normal no suele notarse porque el otro ojo, es sensible a esa porción del campo visual, aunque presenta ceguera en una zona similar al otro lado del punto de fijación.  Incluso con un ojo cerrado, el punto ciego no se nota a menos que un objeto pequeño esté completamente dentro.
La membrana retiniana contiene varias capas, cabe destacar que existen tres conjuntos de células dispuestas en serie desde el exterior hacia el interior de la retina. El más externo de estos conjuntos, conocido como las células bastón y los cono, se encuentran justo dentro del epitelio pigmentado. Las extensiones más externas de estas células, algunas con forma de bastón y otras de cono, son re-ceptores altamente especializados. Los fenómenos de mezcla de colores demues-tran de forma concluyente que la retina debe responder de al menos tres maneras diferentes a distintos colores. A partir de este hecho, los estudiosos de la retina humana, han concluido que debe haber tres tipos diferentes de receptores, cada uno con diferente sensibilidad, a las distintas partes del espectro visible, y que to-dos los colores deben percibirse como resultado de mezclas de diferentes grados y proporciones de las respuestas de estos receptores. Se ha postulado habitual-mente la existencia de tres tipos diferentes de conos, pero nunca se ha encontra-do evidencia histológica ni de otro tipo, que permita distinguirlos en la retina hu-mana. No se ha encontrado ningún rastro de pigmento fotosensible en conos de las retinas del hombre ni de otros mamíferos. En consecuencia, no es posible dife-renciar los conos según las diferencias de absorción espectral o de fotosensibili-dad. Los minuciosos estudios de Serge Polyak en la década de los años treinta del siglo pasado, sobre la estructura microscópica de la retina, lo llevaron a la conclu-sión de que todos los conos son esencialmente iguales.
La ciencia del color abarca amplias áreas de diversas ciencias, como son: la física, la química, la histología, la fisiología y la psicología; contribuye significati-vamente al desarrollo de las artes, como la arquitectura, la decoración, la ilumina-ción, el diseño industrial y las artes gráficas. La medición del color es uno de los avances más recientes en la ciencia del color. Este desarrollo se debe sin duda alguna, a cada una de las ciencias mencionadas y sus conceptos contribuyen de forma significativa a todas las artes visuales.
Apreciable lectora y lector te invito a ver el siguiente video sobre el funcionamiento de la retina humana:
Universidad Politécnica de Tulancingo. alfonso.padilla@upt.edu.mx