CDHEH
En un contexto donde las instituciones suelen ser vistas como entes lejanos, fríos o burocráticos, la reciente apuesta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH) marca un punto de inflexión. Con la creación de la Sala de Amigable Composición, la CDHEH se suma a la tendencia mundial de privilegiar los mecanismos alternativos de solución de conflictos a través de este espacio pionero que busca resolver desacuerdos entre ciudadanía y autoridades mediante el diálogo, la mediación, la conciliación y la construcción de acuerdos.
Desde su implementación en marzo de este año, la Sala ha celebrado 20 audiencias, logrando acuerdos satisfactorios para las partes involucradas en todos los casos. El mecanismo opera bajo la conducción de una persona visitadora, imparcial y facilitadora de la comunicación entre la parte quejosa y la autoridad señalada, todo ello en un entorno seguro, confidencial y equitativo. Este mecanismo coloca en el centro a las personas y sus necesidades inmediatas.
Es importante mencionar que este modelo surge como una respuesta altamente efectiva para garantizar derechos, pues el interés de quienes acuden a la Comisión es que se resuelvan sus problemáticas —y esto incluye la restitución de derechos y el respeto a la dignidad humana— de la forma más rápida y práctica posible. Por ello, se prioriza esta vía en los casos en que puede permitirse la amigable composición, ya que es requisito fundamental que no se trate de una violación grave a los derechos humanos y que exista la posibilidad de lograr una avenencia entre las partes, lo cual permite construir compromisos acordados y verificables.
Por otro lado, el modelo de mecanismo alternativo no sustituye los procedimientos tradicionales de queja ni las recomendaciones que pueda emitir este organismo autónomo defensor de los derechos humanos. En un año en que la CDHEH atendió más de 7,200 asuntos y abrió 433 quejas formales, la Sala de Amigable Composición aparece como una válvula de oxígeno. No es casualidad que Hidalgo esté siendo observado como ejemplo nacional: pocas comisiones estatales han formalizado procesos de mediación en derechos humanos, y la experiencia hidalguense demuestra que sí es posible innovar sin perder rigor ni legitimidad. Con esta estrategia, la Comisión no solo cumple con su mandato legal de proteger los derechos humanos, sino que también responde a una demanda ciudadana de contar con instituciones más accesibles, rápidas y resolutivas.
Nuestra apuesta por la mediación en derechos humanos se perfila como un camino innovador: más soluciones y, sobre todo, un recordatorio de que la justicia también puede construirse desde el diálogo.