Un trozo de carbón, donde los átomos están formando una estructura cristalina cúbica, eso es  un diamante. Su escasez lo hace una piedra preciosa de alto precio. Un estudio publicado recientemente parece indicar que hay mil veces más diamantes bajo la superficie de la nuestro planeta que lo que se creía. Pero son inalcanzables, se encontrarían a una profundidad entre los 145 y los 240 kilómetros, en los cratones, que son masas continentales que no han sufrido fragmentaciones ni deformaciones laterales. Constituyen por lo general los núcleos de los continentes.

El estudio interdisciplinario que llegó a la conclusión de la existencia de una enorme cantidad de diamantes en los cratones se basó en el análisis de la velocidad de ondas electromagnéticas.

Pero si en profundidades inalcanzables hay esta enorme cantidad de diamantes, a 41 años luz de la Tierra, en la constelación de Cáncer, se encuentra lo que algunos han denominado “un planeta de diamantes”. Se trataría de lo que se suele llamar “un planeta de carbono”, un planeta donde el carbono es el elemento más abundante, a diferencia de lo que ocurre en la Tierra. El planeta ha sido denominado por los astrónomos: 55 Cancri e, y fue descubierto el 30 de agosto de 2004.

El planeta 55 Cancri e orbita alrededor de una estrella de neutrones que tiene una masa 5 veces la del Sol. Completa una órbita alrededor de la estrella, o sea lo que denominamos un año, en 18 días. Su superficie alcanza temperaturas, por su cercanía a la estrella, de 2,700 grados Celsius. Un modelo desarrollado en 2012 sugería que el planeta estaba constituido fundamentalmente de carbono bajo la forma de diamantes y grafito, además de otros compuestos y elementos como el hierro. Rápidamente en la prensa se comenzó a hablar de “un planeta de diamantes” lo que capturó la imaginación del público, pero esta teoría no es tan popular hoy día y los astrónomos siguen debatiendo sobre las características de este fascinante planeta.

Los diamantes que se encuentran en las profundidades de la Tierra o quizás en un planeta a 41 años luz de distancia, seguirán siendo inalcanzables. Los que están en el mercado, seguirán siendo un artículo de lujo, consumido sólo por las clases más adineradas. También seguirán siendo una desgracia para quienes son obligados a extraerlos en situaciones de esclavitud, lo que ocurre en varios países africanos. Los diamantes extraídos ilegalmente en zonas de guerra, son adquiridos por grandes empresas que los introducen al circuito comercial y terminan en los escaparates de joyerías de lujo. Son los conocidos como “diamantes de sangre”. La ONU aprobó un sistema que intenta combatir el tráfico de estos diamantes. Pero el problema es complejo y de difícil solución.

 

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