Un obscuro personaje de la política local se encuentra nuevamente en el ojo del huracán. Solo que esta vez los asuntos que le atañen no están directamente relacionados con las componendas políticas que suele realizar.

Resulta que Arturo Aparicio Barrios (mandamás del PT en Hidalgo) estuvo envuelto en un capítulo de violencia con su ex pareja sentimental. Producto de lo anterior, la afectada terminó en el hospital con graves heridas y el susodicho en la cárcel.

Capítulos de esta naturaleza se viven con cierta frecuencia. En diversos ámbitos de la vida cotidiana la violencia aumenta de tono. De hecho, especialistas aseguran que las sociedades actuales son cada vez más propensas a violentarse. Pero, aun así, nada justifica ese comportamiento.

Ante tal circunstancia el hecho de que un hombre (sea quien sea) utilice su fuerza para golpear a una mujer merece un castigo ejemplar. Pero hay más, cuando el hombre asegura que lo anterior es parte de una enredada trama para afectar su imagen es simplemente deleznable.

Este es el caso de Arturo Aparicio Barrios; lo que hizo (golpear a su ex pareja) es una conducta que debe ser castigada con todo el rigor de la ley. Tendrá que llevar su proceso y que los tribunales decidan. Pero que quiera eludir sus responsabilidades diciendo que todo lo anterior está fabricado para “dañar su imagen” es soez.

Las lesiones que presenta la mujer reflejan el nivel de violencia con la que fue agredida por parte de Aparicio Barrios. En la declaración que hizo la afectada asegura que fue “arrojada desde un segundo piso luego de ser privada de su libertad y golpeada en extremo”. Dijo, “como pude llamé a la policía y gracias a la intervención de las autoridades, logré salvar la vida”. Cabe mencionar que la mujer llegó al hospital con múltiples contusiones y una fractura en la cadera.

Aun así, Arturo Aparicio asegura que todo es un “montaje para dañarlo políticamente”. Hay que recordarle al eterno jefe del PT que su imagen ya se encontraba dañada desde hace mucho tiempo. En los pasillos políticos el nombre de Arturo Aparicio es sinónimo de prebendas. Es bien conocido su modus operandi al grado de vender candidaturas y hacer trabajo sucio para distintos actores políticos.

Pero lo anterior, ciertamente, puede ser parte de la rumorología. Lo real es que ahora el Comisionado Político del PT en Hidalgo tendrá que dar muchas explicaciones a la dirigencia nacional de su partido para tratar de mantener su cargo.

Porque dentro de las filas del PT ya son muchas las voces que piden su destitución por este bochornoso episodio. Además, el partido que dice representar ha sido uno de los precursores para erradicar la violencia de género. Bandera que han sostenido los partidos de oposición como es el caso del PT.

Muy complicado se torna el escenario político y personal de Aparicio Barrios porque además de tener que saldar cuentas con la justicia por el caso de violencia familiar, está señalado por desvío de fondos de la campaña electoral. Lo anterior, según lo señalado por los candidatos a diputados federales que se quejan de no haber recibido recursos para sus respectivas campañas.

 

Twitter: @2010_enrique

✉️ lore750715@gmail.com