La parálisis política que se vive en el estado de Hidalgo no tiene precedente. Quizá la referencia que se puede utilizar se encuentra en 1975 cuando, a través de una argucia política, se decretó la desaparición de poderes imponiendo a Raúl Lozano Ramírez, como gobernador.

Después de ese espasmo político no hay otro momento de tanta tensión como el que se vive desde el 04 de Septiembre de 2018 en el territorio estatal. ¿Qué está pasando? Resulta que los diputados locales recién electos fueron sorprendidos por una distorsión en el método que se utiliza para designar a la Junta de Gobierno del Congreso Local, el mecanismo se distorsionó para que el PRI – en su calidad de minoría – presidiera el primer año de la legislatura.

Resulta que alguien (que obedece a extraños intereses) habría encontrado el mañoso camino para cambiar el sentido de lo aprobado el 31 de julio referente a la Ley Orgánica del Poder Legislativo, que contempla que la presidencia del Congreso sea rotativa y que, de no existir un consenso en la asignación de la Junta de Gobierno, se someterá al voto del pleno para llegar a un acuerdo (justo donde los diputados de Morena querían llegar).

Pero lo anterior no ocurrió porque el grupo de Morena en el legislativo (17 diputados de 30) se retiraron del recinto con la salvedad de llamar a un receso indefinido por parte del Diputado Humberto Veras Godoy quien sólo por ese día presidía la sesión.

Esta situación, alteró los ánimos. Pronto los equipos de cada uno de los involucrados activaron los mecanismos de defensa. Se habló de varias opciones para destrabar el desacuerdo. Pero de algún lugar llegó la drástica decisión del bloque morenista. Resulta que todos iban hacía el Senado de la República para pedir la desaparición de poderes ante esa representación.

Según los integrantes de la bancada de Morena, en el estado se “impide la vigencia del orden jurídico y se atenta contra el principio democrático que debería imperar en el país”, según se puede leer en el documento que pretendían ingresar (al final el Senador Ricardo Monreal aconsejó no ingresar tal solicitud) en el Senado de la República para solicitar la desaparición de poderes en el estado.

El documento, también refiere los actos de “represión” por parte de la policía estatal el día en que un grupo de Morena (simpatizantes y diputados electos) trataron de impedir la última sesión del Congreso para impedir las modificaciones que ahora tienen al estado en una parálisis legislativa.

Con este contexto, todavía estamos en un limbo temporal porque sigue el receso que se decretó desde hace más de 30 horas en la sesión del Congreso Local. Lo anterior, para tratar de arreglar el entuerto legal que tiene al estado sumido en una aparente ingobernabilidad.

Muestra de lo anterior, es que ayer (05 de septiembre) se tenía que rendir el Segundo Informe del Gobernador Omar Fayad Meneses, acto protocolario que tuvo que suspenderse por todo lo narrado. En consecuencia, ese documento se entregó en las ventanillas de la oficialía de partes del Congreso Local.

Ante este panorama, el gobernador Fayad y una parte del Congreso, están confrontados. Dos poderes del Estado que debería de estar en plena sincronía para darle cause a los planes y programas de desarrollo que necesita la población. Pues bien, corre el tiempo y estos dos entes políticos no parecen ceder en su afán de dejar claro que cada uno de ellos obedece a intereses distintos.

No se sabe en qué pudiera terminar esta historia. Pero por los antecedentes referidos se deduce que ninguno de los involucrados estará dispuesto a bajar la guardia. Por el contrario, hay en el ambiente político, una suerte de medición de fuerzas que en nada abona a la sana división de poderes. Esa división que es reflejo del mandato popular expresado en las urnas hace tres meses.

Parece que el gobernador Fayad todavía no procesa el resultado electoral de la pasada elección. Y parece también que el Congreso Local no estaba preparado para trabajar con el escenario (prudente y necesario) de mayorías distintas al poder establecido. Esto es, de convertirse en un verdadero contrapeso del Poder Ejecutivo.

Queda en evidencia que la concentración del poder que se pretendía operar desde Ejecutivo (gobierno) se está debilitando por los métodos (inadmisibles y absurdos) de provocar la parálisis legislativa. Lo anterior, con la deliberada intensión de someter una vez más al Congreso Local.

Hasta este momento (06 de septiembre de 2018 a las 14:00 horas) se mantiene el receso de la sesión del Congreso Local. Esta historia continuará.

 

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