Ciudad de México. Mediante un punto de acuerdo, la Diputada federal del PRI, Xitlalic Ceja García, exhorta a la Auditoría Superior del Estado de Puebla a iniciar una auditoría a los recursos ejercidos por el gobierno de la entidad, para desarrollar los trabajos de remodelación, mantenimiento y ampliación del Hospital General del Sur “Doctor Eduardo Vázquez Navarro” «por diversas anomalías como inundaciones constantes de aguas negras, trabajos inconclusos y de mala calidad».

Asimismo, solicita al gobierno de la entidad para que a través de la Secretaría de Salud, fortalezca sus protocolos de manejo de emergencias y contingencias sanitarias, e informe a la Comisión Permanente sobre las acciones de contención, atención y prevención emprendidas ante las inundaciones de aguas negras en el “Hospital General del Sur” acontecidas el pasado 01 de agosto de 2017.

El Hospital General del Sur en la capital del estado de Puebla, es uno de los nosocomios más importantes en la prestación de servicios hospitalarios en la demarcación, debido a que oferta las especialidades de Angiología, Coloproctología, Dermatología, Nefrología, Urología, Cardiología Pediátrica, Gastropediatría y Traumatólogo Ortopedista, atendiendo diariamente a más de mil 500 usuarios.

Para garantizar servicios de calidad y calidez, de acuerdo con diversos medios informativos, sólo en los últimos años se destinó más de 412 millones de pesos, que presuntamente fueron utilizados en la adquisición de mobiliario, ampliación de los espacios de atención a enfermos, pintas y remodelación del área de urgencias.

La legisladora poblana, indica que está documentado que durante la administración del ex-gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, se destinaron por lo menos 52 millones de pesos para la adquisición de inmobiliario y 250 millones de pesos más para su remodelación. Estos trabajos en el 2013, contemplaron el mantenimiento de las fachadas, pintura del inmueble y compra de material quirúrgico.

Sin embargo, señala que durante el desarrollo de estas labores de remodelación y hasta el día de hoy, se han presentado múltiples irregularidades, como obras inconclusas en los servicios de agua, luz y sistemas de tuberías, los cuales no cumplen con los estándares de calidad y condiciones de sanidad adecuadas, poniendo en riesgo sanitario a enfermos y personal como enfermeras y médicos.

“El incumplimiento en los pagos a los trabajadores encargados de la remodelación y la falta de material necesario, pudo derivar en trabajos de mala calidad y en la inobservancia de los cronogramas de obra, ya que las labores tardaron más de lo comprometido”.

Otra anomalía detectada, agrega, “es la poca transparencia con la que se ejerció los recursos asignados, ya que en su momento, el ex-secretario de Salud, Salvador Escobedo Zoletto, dijo desconocer el monto de la obra, el costo real, alcances y duración de los trabajos, peor aún, dijo que la Secretaría no reportaba ninguna contratación en la realización de dichos trabajos, ante tales declaraciones, se hace necesario un proceso de auditoría, para verificar que el uso de los recursos públicos se hayan realizado conforme a lo establece la Ley”.

Aunado a los problemas mencionados, sostiene, existen otros, como las inundaciones de aguas negras que han sido constantes, ejemplo de esta situación, son las acontecidas en el año 2014, que afectó el área de quirófanos, por lo que se tuvieron que suspender al menos 30 cirugías diarias, es decir, se vulnero el ejercicio de uno de los derechos humanos más importantes como es el de la salud de la población.

“Debido a las malas condiciones y a la poca atención por parte del gobierno del estado y de la propia Secretaría de Salud, el problema en las tuberías no ha sido atendido, por el contrario se ha agravado, muestra de ello, es que durante la madrugada del pasado 01 de agosto de 2017 se suscitó una nueva ruptura en las cañerías de los baños del área de urgencias y en los espacios de nutrición donde ingieren sus alimentos los becarios, ubicada en la planta baja del nosocomio”.

En las tuberías, se detectaron gasas, pañales, toallas sanitarias, compresas y guantes, “lo que deja de manifiesto por un lado, un mal manejo de los residuos, pero por el otro, la oportunidad de fortalecer los programas de tratamiento y disposición final de los residuos sanitarios”, concluyó en el documento.

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