La designación de Luis Miguel Barbosa como coordinador estatal para el proceso electoral por parte de la dirigencia de Morena movió los escenarios en todos los partidos políticos.

Conocido como un político de muchos pantalones y un férreo discurso, el senador de la República sorprendió a propios y a extraños ante la decisión nacional (Ya sabe usted quién tomó la decisión).

En el PRI, el escenario no es muy diferente al del PAN y sus aliados.

Si bien es cierto que a nueve meses de la elección, Morena tiene unos 25 puntos porcentuales de la intención del voto, es claro que la capacidad de organización electoral y movilización del voto que puede aplicar Barbosa ya puso nerviosos a varios.

En los Cuartos de Guerra prendieron focos amarillos, porque sabían las debilidades del académico Enrique Cárdenas.

Si bien, las habilidades y conocimientos en materia económica hacían del exrector de la Udla un candidato con mucho potencial de crecimiento, era clara su ausencia de experiencia política.

Para los seguidores del exrector, la decisión de Morena fue una clara muestra de que Morena no quiere abrirse a los ciudadanos para encarar la elección.

Sin embargo, me queda claro que la decisión es más bien política y pragmática, considerando que el 24 de agosto había declinado en su propósito de buscar la postulación a la gubernatura del estado.

Andrés Manuel López Obrador es pragmático y lo que quiere es sumar votos, muchos votos a su causa.

Está claro que la elección para el próximo año podría irse a tercios, dado el posicionamiento de Morena y la capacidad de Barbosa de jalar votos experredistas, petistas y en general de la izquierda poblana.

Ahora bien, en PAN analiza que la campaña no será un día de campo, pese a contar con la mayoría en el congreso, mantener el gobierno del estado, las principales alcaldías y buena parte de las cámaras federales.

Es por ello que están convencidos de que necesitan elegir a los mejores perfiles, más competitivos para enfrentar los negativos que genera el desgaste de gobernar.

Martha Érika Alonso, Luis Banck, Jorge Aguilar Chedraui y Mario Rincón están siendo evaluados para poder determinar sus fortalezas y sobre todo su potencial de crecimiento.

Está claro que el objeto de las críticas del discurso de Morena será el morenovallismo, no hay que ser brujo para saberlo.

Y ahora ¿qué pasará con las postulaciones a la alcaldía de Puebla por Morena?

¿Es verdad que puedan elegir a Alejandro Armenta o decidirán por Rodrigo Abdala?

Ahí le contaré más adelante.

Nos leemos el viernes y en tanto nos encontramos en redes sociales como @erickbecerra1

 

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