Los niños van a la escuela, van a la tienda, salen a jugar a las calles sin pavimentar, en medio de cerros y barrancas, cerca de ductos de combustible de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Los niños observan el huachicoleo que se hace (ahora con menos frecuencia) en las zonas que une a las comunidades de San Antonio Chautla de Arenas y San Francisco Tlaloc, en San Matías Tlalancaleca, Puebla; y a los delincuentes no les importa que estén presentes; aseguran habitantes

Cerca del paraje conocido como el Columpio del Diablo, las familias aún se sienten preocupadas por el robo de combustible, aunque -aseguraron- ha bajado drásticamente.

Si veíamos en esta calle que parece barranca, que subían y bajaban camionetas con galones de gasolina, y no les importaba que hubiera niños, ellos (los huachicoleros) pasaban rápido”, evidenció una ama de casa.

Reveló que en ocasiones el combustible se les caía a los delincuentes y ahí lo dejaban, valiéndoles que en la calle pasaran personas o niños o que hubiera casas  en los alrededores.

Nosotros aquí donde vivíamos mandamos a los niños a la tienda; y a los huachicoleros no les importaba y pasaban rápido y aunque lo tiraran ahí lo dejaban”, informó.

No obstante, destacó que a la fecha ha parado tal situación considerablemente, y avaló que ahora la Secretaría de Marina Armada de México haga recorridos y rondines para hacerle frente al robo de combustible.

Teme más delincuentes

Una vez que se le hace frente al huachicol, ahora, a los habitantes de San Martín Texmelucan y San Matías Tlalancaleca, les preocupa que se incrementen los delitos del fuero común.

Y es que explicaron que los que se dedicaban al robo de combustible, ahora qué harán, luego de la estrategia federal contra este delito.

“Ahorita que se les acabe de dónde van a trabajar; a lo mejor se dedicarán a otros delitos para tener dinero fácil, porque no saben hacer otra cosa”, lamentaron.

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