Decenas de ambulantes agremiados a la organización Doroteo Arango se colocaron nuevamente enfrente del Hospital San José, lugar que mantuvieron libre varios meses por la contingencia sanitaria Covid-19.

El giro comercial de los informales es venta de comida, misma que venden los negocios formales únicamente pasando la calle, no más de dos metros de distancia.

La diferencia es que los comercios pagan impuestos, luz, agua, salarios y renta de los locales; los ambulantes no.

Además de ello, la instalación informal en los alrededores de los nosocomios está prohibida en la ley de salud del estado, pues no pueden colocarse 100 metros a la redonda.

El virus SARS-Cov-2 requiere lavado de manos constante para erradicarlo, los puestos ambulantes no cuenta con agua y jabón, aunque sí tienen gel antibacterial.

Tras un recorrido se pudo observar sobre la 2 norte entre 22 y 18 oriente varios puestos de tacos de canasta, carne asada, tamales, carnitas, memelas, cocteles de fruta y gelatinas, sin importar que los casos covid-19 están aumentando.

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