Hoy no está de moda la capacitación y educación en línea, sino que se ha convertido en una nueva y muy atractiva forma de aprendizaje para quienes buscan oportunidades para seguir avanzando en el discernimiento de diversas áreas. En Internet podemos encontrar desde cursos de corto plazo, hasta licenciaturas y posgrados, mismos que son ofertados por instituciones de renombre, grupos de aprendizaje o bien por los propios profesionales que, también obligados por la pandemia y el encierro que esta ocasionó, se vieron ante la necesidad de diversificarse y compartir sus conocimientos a través de una cámara Web, un micrófono para Podcasting y presentaciones en pantalla, todo con el objetivo de mantenerse activos en el mercado del conocimiento.

Locución y periodismo se puede aprender, así como repostería, finanzas, mercadotecnia, desarrollo de software, fotografía, pintura en óleo, diseño gráfico, técnicas musicales y muchas otras profesiones que a costos ciertamente accesibles se localizan como opción de aprendizaje profundo, mismos que incluso vienen acompañados de material digital, ebooks gratuitos, videos y audios que casi garantizan la especialización total de los estudiantes, pero tal como sucede en la “Word Wilde Web” o “www” empleando un navegador, no todo es tan real como parece y no todos los que acceden al conocimiento en línea tienen certeza de que lo que aprendan les servirá para su futuro profesional, por eso ante la disyuntiva de cambiar el conocimiento tradicional adquirido en aulas por el de una pantalla de computadora, lo que se debe valorar es la posibilidad de que ambas opciones pueden ayudar al desarrollo pleno del individuo.

Así que no hay que dejarse engañar por las falsas expectativas de la mercadotecnia, pues hay quienes, aprovechando que los cursos abundan en Internet, prometen lo que no podrán o bien, lo que legalmente no existe. Un ejemplo son los cursos de “certificación de locutores” que ofertan algunos trabajadores de la radio cobijados por el nombre y prestigio de estaciones o grupos radiofónicos, pero que en la realidad no pueden expedir un documento validado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) o alguna otra instancia de educación superior oficial, pues cabe recordar que desde el año 2017 desapareció en nuestro país el otorgamiento de certificaciones para locutores, comentaristas y cronistas, toda vez que la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR) no habla de esa disposición enmarcada en la ya extinta Ley Federal de Radio y Televisión, misma que en sus artículos 84 y 86, señalaba que “en las transmisiones de las difusoras solamente podrán laborar los locutores que cuenten con certificado de aptitud”. Así decía, pero ya no existe dicho ordenamiento jurídico.

Lo más prudente, honesto y legal sería decir a quienes estén interesados en adentrarse en el fascinante mundo de la locución, que no se les puede certificar y que lo propuesto es la entrega de constancias por cursos de actualización, talleres de aprendizaje o sesiones de capacitación con los que puedan continuar estudios más completos (sí de manera legal y con validez oficial de la SEP), como los que ofrece la Asociación Nacional de Locutores de México (ANLM), que tiene ya 2 generaciones de graduados como Licenciados en Locución a través de un seminario de titulación impartido por la Universidad Ejecutiva del Estado de México, institución que cuenta con el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE) número 20171357. Así que no hay que dejarse engañar, pues incluso el seminario no es para quienes están iniciando en la locución, sino para quienes demuestren al menos 3 años de trabajar frente a un micrófono, ya sea en medios tradicionales o digitales y que por supuesto hayan concluido la preparatoria.

Y es que los diputados mantienen en el conveniente olvido la incorporación a la LFTR de artículos que obliguen la profesionalización de locutoras y locutores, pues a pesar que la ANLM ha solicitado formalmente al Congreso de la Unión trabajen al respecto, lo mismo que al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), ninguna instancia ha dado seguimiento al proyecto. La búsqueda continuará con la nueva legislatura federal, pues no es un capricho, es una necesidad tener profesionales de la voz frente a un micrófono y evitar que improvisados hagan uso de cualquier medio sin responsabilidad jurídica o legal alguna.

Tomar cursos de locución en línea no está mal, pero siempre hay que buscar los que no engañen con la entrega de certificados inexistentes y que por supuesto, cuenten con profesores calificados, graduados y con la experiencia suficiente para que lo aprendido valga la pena. ¿No lo creen?

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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