Un clamor que por muchos años han pronunciado las 417 estaciones de radio comunitarias, sociales e indígenas que operan en nuestro país, bajo el esquema de permisos otorgados por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), es que se les aumente el porcentaje de apoyo que el Gobierno de la República otorga solo a 62 de estos organismos y que para este 2021, es de sólo el 1% del total de los 654 millones de pesos, para gastos de comunicación social.

Es decir que poco más de 6 millones y medios de pesos del presupuesto federal pueden ser distribuidos entre las 62 emisoras; algo así como 104 mil pesos para cada una de ellas, en el mejor de los casos, porque el criterio para la entrega de esos recursos, son otro tema burocrático que librar ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pues los criterios para el otorgamiento varían de una zona a otra en las que estén instaladas las emisoras.

La petición de las radios de carácter social fue revivida hace unos días por el integrante de la Mesa Nacional, de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias en México (AMARC), Alejandro Cabral, quien durante una de las conferencias matutinas con el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, le pidió que por favor “volteara a ver a las radios comunitarias”, luego de solicitarle que se les aumente el porcentaje de participación federal determinado en el artículo 89, fracción VII de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR).

El articulado dice que los concesionarios de uso social, acorde con sus fines, podrán obtener ingresos de la venta de publicidad a los entes públicos federales, los cuales destinarán el uno por ciento del monto para servicios de comunicación social y publicidad autorizado en sus respectivos presupuestos al conjunto de concesiones de uso social comunitarias e indígenas del país, el cual se distribuirá de forma equitativa entre las concesiones existentes.

López Obrador, sin ofrecer respuesta clara (como la gran mayoría de ocasiones), le pidió a Cabral que por favor se informe más del tema de distribución de los recursos a las radios comunitarias y aprovechó para recordar la emisora comunitaria reinaugurada en febrero del 2020 por él mismo en Nacajuca, Tabasco, “La Voz de los Chontales”, una estación de radio que fundó en 1977, cuando fue director del Centro Coordinador Indigenista.

La radio comunitaria, también conocida como “radio libre” tiene sus inicios registrados desde finales de los años 60 del siglo pasado, cuando las voces de los ciudadanos se levantaron para manifestarse en contra de lo que consideraban injusto para sus comunidades o bien para ser transmisores del fortalecimiento de las culturas populares. Ejemplo vivo del surgimiento de estas frecuencias son Radio Huaya y Radio Teocelo en Veracruz, que desde 1965 han operado ininterrumpidamente, sorteando incluso los embates de gobiernos que, en su momento, no les dejaban ejercer el derecho a la libertad de expresión y a la información.

Sintonizar cualquier estación de radio debe ofrecer experiencias únicas y sensoriales para el escucha, pero también puede apoyar a que nuestras identidades se mantengan vivas y no olvidemos lo importante de nuestra historia.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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