El ayuntamiento de Puebla invirtió 30 millones de pesos para rescatar el sistema de vídeo vigilancia, además proyecta una cantidad similar para el resto del año con miras a la adquisición de arcos de seguridad en las entradas y salidas de la capital y lectoras de placas.
En conferencia de prensa, la titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, María del Consuelo Cruz Galindo explicó que al arribar a la actual administración, identificaron que solamente funcionaba el 5 por ciento de las cámaras.
“Dadas las omisiones, recibimos un sistema con un funcionamiento que oscila entre 5 por ciento. Implica que tuvimos que trabajar a marchas forzadas para tener un sistema de vigilancia a través de la plataforma “Axón”.
La titular de la Dirección y Respuesta Inmediata (DERI), Alejandra Cedillo informó de las condiciones pésimas y el trabajo que realizaron para contar con un modelo único que permita mayor eficiencia.
Dijo que en la primera etapa identificaron cámaras de hace más de 10 años; en la segunda, abundó, se usó un sistema en dos fases de 2013 y 2014 y la última parte en 2015.
En su oportunidad, Bernardo Arrubarena, secretario de Administración, mencionó que de las tres plataformas con las que contaba, ninguna recibió mantenimiento, servicio continuo de comunicación o actualización tecnológica en los últimos tres años.
Mencionó que el diagnóstico se realizó a partir de octubre de 2021 y ha permitido reestablecer de manera paulatina el funcionamiento de este sistema para fortalecer los ejes de seguridad y medidas de prevención.
Abundó que el siguiente paso es trabajar en los accesos de la ciudad con cámaras de vigilancia móviles para atender eventos; se instalarán arcos de seguridad que permitirán la lectura de placas en movimiento a través de la plataforma Axon.
A destacar:
La plataforma 1, implementada en el 2013, fue renovada en su infraestructura tecnológica y se sustituyó y modernizo el sistema de almacenamiento y monitoreo, rehabilitando así sus canales de comunicación; a su vez, la plataforma 2 (Centinela), que se instaló entre 2013 y 2014, también opera aprovechando el equipamiento existente, rehabilitando aquellas cámaras que por su ubicación y condiciones, permitieron una pronta visualización del entorno urbano.
La tercera plataforma se desarrolló bajo un sistema encriptado; 55 por ciento de las cámaras no funcionan, 27 por ciento no cumplen la calidad de imagen, 10 por ciento vandalizadas y 8 por ciento no fue posible verificar el estado de funcionamiento en que se encuentran.