La “comunicación política” es el área de la ciencia política, que se ocupa de la producción, difusión y diseminación de los efectos de la información, tanto a través de los medios de comunicación masiva, cuanto de los interpersonales en un contexto político. Así lo explica el académico, docente, politólogo e investigador argentino Mario Riorda, en su “Manual de Comunicación Política y Estrategias de Campaña”, editado en 2011. La radio en México, hoy se enfrenta al involucramiento profundo de esta definición, cuando a través de sus micrófonos emite comentarios de sus conductores, analistas, presentadores o locutores, mismos que ahora tendrán que aclarar a las audiencias, qué es información y qué opinión, durante sus emisiones.

En ocasiones se produce información que puede tener efectos negativos para una institución, organización social, asociación civil, poder gubernamental e incluso para la nación y su política pública. Las instituciones políticas son uno de los sujetos de creación de información (fundamentalmente de carácter político) más importantes en la sociedad, por lo que sus técnicas de comunicación política conlleva una serie de características diferenciadas de las puramente técnicas electorales y se refieren más directamente a la eficacia de la relación entre política y comunicación.

Con la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), por la que en breve el Congreso de la Unión tendrá que modificar diversos artículos y disposiciones de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR) en materia de una supuesta “protección a los derechos de las audiencias”, los radiodifusores deberán “aportar elementos para distinguir entre la publicidad y el contenido de un programa”.

Por lo anterior, los noticiarios, programas de fondo, contenido y hasta los de entretenimiento en programación normal, deberán estar muy atentos para no caer en errores que consecuentemente causen multas, censuras o la cancelación de programas; demandas y lo que se pueda ocupar en contra de las y los comunicadores por las lagunas legales que sin duda el poder legislativo dejará en la nueva integración de las normatividades constitucionales dentro de la LFTR.

Y pues, como que se antoja que (en el marco de los significantes de la comunicación política), los poderes del Estado utilicen sus estas estrategias para ejercer poder y buscar control cuasi total de las opiniones que se emitan en los medios de comunicación convencionales, es decir, donde la regulación puede ser aplicada, no así en las plataformas y medios digitales, que cuentan con la libertad editorial, pero carecen de la suficiente penetración social.

En estos casos específicos, donde las instituciones han de moderar la línea informativa de los medios (en concreto la radio), se da el fenómeno por el que los profesionales de la voz prefieren ocultar información, parcial o totalmente, ya sea de forma intencionada o no, siendo esta la fundamentación por la que se ha de pretender adecuar los marcos jurídicos y evitar que los comentarios al aire, sean mal interpretados por las audiencias o de manera voluntaria las redacciones de noticias, elaboren mensajes tipo mentira inadvertida, confusión intencionada, creando espacios lingüísticos que permitan operar en un margen más extenso de significados.

En fin, que parece se discute un asunto que siempre ha existido: “la comunicación política en la radio”, como que no hay de qué espantarse, alterarse o sorprenderse.

Los radioescuchas hoy más que siempre, reconocemos cuando una información convencional que se escucha en cualquier estación, está disfrazada de promoción política, pues cada vez tenemos más parámetros para comparar lo que se nos muestra como una verdad. Las redes sociales y plataformas digitales facilitan ese proceso de discernimiento; así que tratar de limitar los comentarios o los mensajes con tintes políticos y partidistas, será un estancamiento para la democratización de la comunicación, de la expresión oral, la inteligencia de las audiencias y el valor que la palabra y la voz tienen para la generación de mejores sociedades, más informadas y con capacidades de razonar justamente los contenidos que a diario escuchan, a través de las ondas hertzianas.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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