“El noventa por ciento de los políticos dan mala reputación al diez por ciento restante” –Henry Kissinger

Algunos políticos consideran que los mexicanos –en general-, somos desmemoriados; que olvidamos pronto; que no aprendemos de nuestra historia; que carecemos de sentido común para distinguir entre un personaje que ve en la política la forma de enriquecerse y aquellos a quienes les caracteriza un auténtico espíritu de compromiso social.

Vaya clase de líderes morales

Apenas semana pasada hubo una evento al que asistieron perredistas tlaxcaltecas que se reunieron con un personaje que se ha hecho más famoso por su mote del “Señor de las ligas” que por una productiva y honesta trayectoria política dentro de la izquierda mexicana.

Si, se trata del señor Bejarano el líder del Movimiento Nacional por la Esperanza (MNE), quien participó como orador en un acto llevado a cabo en la ciudad de México, al que asistieron perredistas tlaxcaltecas que se mostraron verdaderamente entusiasmados al tomarse la foto con su líder moral.

Varios de ellos, entre los que encuentran los apellidos de: Sesín y Cisneros difundieron a través de las redes sociales el orgullo que representó para estos políticos tlaxcaltecas estar al lado de un personaje de la talla del “Señor de las ligas”.

Sonrientes, entusiasmados, con un rostro que refleja esperanza por un futuro mejor y con algunas pancartas en mano se tomaron la selfie  y la compartieron en sus páginas de Facebook con los títulos “Con el profesor René Bejarano, dirigente nacional de MNE”.

No cabe duda que los intereses de algunos políticos les provocan una especia de nubarrón que distorsiona su sentido común. Y es que es muy difícil creer que alguien que conoce los antecedentes de un personaje como Bejarano quiera estar cerca de él y considerarlo un líder moral.

Vale la pena recordar que en el 2004, René Bejarano protagonizó un video que muestra cómo recibía fajos de billetes del empresario Carlos Ahumada y los amarraba con liguitas.

Hace trece años, “El Mañanero”, noticiero matutino tuvo la primicia de dar a conocer un escándalo que destaparía una red de corrupción al interior del Partido de la Revolución Democrática, PRD y pondría al asambleísta René Bejarano en el ojo del huracán.

Valdría la pena recordar a esos políticos de izquierda de Tlaxcala quién es el líder moral con el que orgullosamente se toman fotografías y las presumen a través de las redes sociales.

Pobre Margarita

Y si  nuestros políticos tlaxcaltecas de izquierda olvidan lo perjudicial que son las amistades como la del “Señor de las ligas” que le pregunten a la ex Primera Dama de México, Margarita Zavala, cómo le fue en uno de las paradas que hizo en San Luis Potosí.

Un grupo de manifestantes al unísono gritaban “¡Asesina, asesina!” cuando pretendía colocar una ofrenda floral en el monumento a Salvador Nava.

Tal vez la ex Primera Dama creyó que uno de los peores ejemplos de impunidad en México había sido olvidado. Tal vez fue ella quien borró de su memoria, que un  5 de junio del 2009 a las dos y media de la tarde un incendio en un almacén alquilado por el Gobierno de Sonora se extendió a la guardería cuando unos 150 niños dormían.

El saldo es hoy una de las mayores bofetadas a los mexicanos y su sistema de justicia: 49 niños muertos, 75 heridos, algunos con secuelas graves, y cero culpables.

Si la tragedia ocurrida durante la administración de su marido, el expresidente Felipe Calderón, no le pesa ahora, es que su memoria es corta, pero los mexicanos se encargarán de recordárselo sí es que quieres ser Presidenta.

“Y ahora ¿quién podrá ayudarnos?”

Es verdaderamente lamentable la poca transparencia en el proceso para la elección de quien tiene la responsabilidad de defender los Derechos Humanos en Tlaxcala. Y es que es inconcebible que en este país y, concretamente en Tlaxcala, se premie a quien hace trampa.

Es un mal ejemplo, dirían las abuelitas. Cómo es posible que un personaje que fue eliminado por hacer trampa cuando pretendía formar parte del organismo encargado de la transparencia en Tlaxcala, ahora sea el nuevo Ombudsman de Tlaxcala.

Se supone que quien ocupa este cargo representa una figura de calidad, honestidad y rectitud, es decir, de moral incorruptible, ya que será el  responsable de vigilar que los derechos de los ciudadanos no sean vulnerados por el Estado y de garantizar el respeto de los derechos de los tlaxcaltecas frente a cualquier tipo de acción: judicial, administrativa, burocrática o de otra índole.

El problema de origen está en quiénes eligieron al ombudsman, bajo qué principios e intereses. Al parecer para algunos legisladores lo de menos son los Derechos Humanos en Tlaxcala, lo más importante es cómo se dará el reparto de cuotas.

En las próximas semanas veremos cómo comienza el reparto de los aproximadamente ochenta espacios laborales, eso, es lo verdaderamente importante. La defensa de los Derechos Humanos podrá esperar, al fin están por delante cuatro años para empaparse de qué se trata el asunto.

A pie de página

Al parecer la figura del Gobernador de Tlaxcala cada vez se posiciona mejor en el ámbito nacional, ojalá que las visitas de funcionarios federales de primer nivel a Tlaxcala, no sólo se queden en intentos de posicionarse políticamente de cara al 2018 y haya acciones concretas en favor de nuestra entidad.

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