La posición única que tiene Tlaxcala en la fiesta brava a partir de su afición a los toros ha convertido al estado en semillero de toreros, además de ser la entidad con mayor número de ganaderías de toros bravos.

Sin embargo, podríamos advertir que Tlaxcala se pelea las palmas a la buena con otro estado en donde existe una afición entrañable a los toros: Aguascalientes.

La conocida “tierra de la gente buena” se ha ubicado como puntera en la generación de toreros jóvenes, pero uno de sus actuales exponentes desde hace ya varios años se consolidó como un embajador de la fiesta brava no solo de Aguascalientes, sino de México: Arturo Macías “El Cejas”.

Convertido en uno de los toreros predilectos entre la afición y consolidado como figura en nuestro país, Arturo Macías compartió un poco de lo que ha sido su vida como torero para La Otra Fiesta del Periódico Síntesis, en donde evidenció el don de gente que prevalece en tierras hidrocálidas, pero no ocultó lo que le ha costado llegar a ser uno de los toreros más reconocidos en México.

Con el único antecedente taurino que representó tener a su padre como juez de plaza en Aguascalientes, Arturo Macías narra que en su niñez no tuvo nada más claro, que el ser torero.

“Desde que nací hasta que crecí me desarrollé en lo taurino, mi papá era juez de plaza en la feria pero también toreaba festivales, no era profesional pero toreaba vacas y ser juez de plaza en Aguascalientes me tenía muy metido en ese ambiente”.

El muere cuando yo tenía ocho años, la primera vez que me pongo delate de una becerra fue precisamente con él. Entonces de los ocho a los 15 años yo vivo ajeno a la tauromaquia, pero ya tenía claro que iba a ser torero”.

Fue en algún tentadero hidrocálido en donde el famoso “Cejas” descubrió y confirmó que su vocación por la tauromaquia era sólida, una vaca le permitió sentir las embestidas no sólo de la fiera en el campo, sino de lo que sería su vida como torero.

Arturo Macías recibió la alternativa como matador de toros un siete de mayo de 2005 en la Monumental de Aguascalientes de manos del tlaxcalteca José Luis Angelino. A doce años y cinco meses de haberse doctorado, considera que el balance de su carrera ha sido favorable.

“He podido hacer historia con mis salidas a hombros en la Plaza México y es lo que quiero invitarle a la juventud. Parece que cuando somos jóvenes llegamos a un mundo donde todo ya está hecho y no podemos hacer nada, pues resulta que no. A base de carácter, profesionalismo y perseguir tus sueños, puedes lograr muchas cosas. No soy distinto a otra gente, solo hay que tener dedicación, sacrificio, esfuerzo y creer en ti”.

Arturo Macías toreó en la Monumental Rodolfo Rodríguez “El Pana” de Apizaco apenas el pasado domingo uno de octubre, ahí, tuvo un gesto especial a través de un brindis póstumo a la memoria del “Brujo” y nuevamente dejó el aroma de su toreo recio y honesto.

No es la primera vez que Arturo torea en Tlaxcala, y su paso por estas tierras le ha dejado un saldo favorable.

“Me encanta torear en Tlaxcala, la afición tiene una sensibilidad muy especial, es muy taurina y conoce mucho, yo igualo a Tlaxcala con Aguascalientes, estoy convencido que ambos estados son los más taurinos en la actualidad”.

 

¿Cómo definirías tu estilo de torear?

“Ha tenido mucha evolución, pero la base que nunca perderé es la emoción, en el momento en que no emocione toreando voy a dejar de ser yo. Me definiría como un torero emocional, con estética, y sobre todo con mucha raza, no me dejo ganar la pelea”.

 

¿Añoras algo de tus inicios como torero?

“Extraño mi inocencia, no te das cuenta en el mundo en el que te metes, no porque sea malo, todos los ámbitos para llegar a ser alguien son duros, pero era muy inocente, esa inocencia la pierdes, pero muy en fondo sigo siendo niño”.

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