“Sabemos que el espacio político es el de la mentira por excelencia; y mientras la mentira política tradicional se apoyaba en el secreto, la mentira política moderna ya no esconde nada tras de sí” -Jacques Derrida-

En los últimos meses los habitantes de este país hemos estado bajo un bombardeo constante de propaganda política de quienes aspiran a ocupar la candidatura para la carrera a la presidencia de México y de aquellos que buscan otros puestos de elección popular.

Hemos visto de todo y aún nos faltan varios meses en los que la lucha será cada vez más encarnada, en donde algunos de los que dicen “hacer política” se desgarrarán las vestiduras; se cubrirán el rostro -como en un carnaval- ocultando la verdadera personalidad de quien está detrás.

Veremos una lucha despiadada entre contendientes a cargos populares por lograr la simpatía; exacerbación de los ánimos; tácticas diversas por alcanzar mayor popularidad; colocarse bajo el mayor número de reflectores para atraer la atención mediática que les sumen votos -no de aquellos que ya creen tener seguros- sino de los posibles indecisos.

A estas alturas ya tienen varias cartas bajo la manga para tirarlas en el momento preciso para aplastar al contrincante y para mostrarse como la mejor opción.

Así como en el póker, los jugadores -con sus cartas ocultas- harán apuestas en la puja inicial, será hasta el día de las elecciones, cuando sabremos quien armó la mejor combinación de cartas para ganar la partida.

El método “Rosario”

Sin duda, hay personajes en la historia política de este país que se vuelven icónicos, que son recodados por sus hazañas o sus vilezas; por su conducta intachable o por lo ruin de sus acciones en la política o en la administración.

A la actual titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles, se le suma un escándalo más a esa larga, muy larga trayectoria en la vida política y en la administración pública de este país. Ahora se habla de un desvío superior a los mil millones de pesos mientras encabezó la Sedatu y la Sedesol.

En diversos medios de comunicación se le ha cuestionado por las observaciones de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) y la respuesta a manera de eslogan siempre ha sido la misma: “Estamos tomando al toro por los cuernos, tranquilos y con la frente en alto”.

No cabe duda que el paso de Robles Berlanga por la administración pública es una clara muestra de que tiene un método muy sui géneris para el manejo de los recursos.

Para algunos mortales es muy complicado imaginar que se contratan los servicios de una universidad para hacer gorras por un monto millonario; la universidad contrata a una empresa para que las haga, pero ésta, contrata a una más. El asunto es que las gorras nunca fueron elaboradas y el dinero se diluyó. ¿Cómo se llamó la obra?…

Lo lamentable para los mexicanos es ver que la clase política de este país en contubernio con gobiernos estales, organismos, instituciones o dependencias hacen operaciones “maestras” para robar de manera cínica a los ciudadanos.

Los políticos se han vuelto cada vez más desvergonzados, su discurso es cínico, se amparan en la protección mutua que se brinda ese pequeño grupo que toma las decisiones en ese país.

Escuchar a Rosario Robles decir que la ley le permite adjudicar obras y servicios sin licitar y que administraciones anteriores y otras secretarias en la actualidad también lo hacen, me sonó a una advertencia, para que no haya duda en la necesidad de proteger a una de las más importantes operadoras -mujeres- que ha servido a ésta y otras administraciones.

Ella sabe que goza de información privilegiada, que está cobijada y que sería un riesgo muy grande permitir que se le finque alguna responsabilidad.

Instituto de transparencia, tierra de nadie.

Desde hace ya varios meses dedicamos esta columna a ventilar algunas situaciones que ocurrían y prevalecen el Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado (IAIPTlax).

En algún momento criticamos la falta de información de la titular Marlene Alonso Meneses con respecto al cumplimiento de los entes obligados y la ausencia de acciones del organismo en pro de la transparencia en Tlaxcala.

Por el seguimiento periodístico de las actividades del la IAIPTlax parecía más importante la aparición de su representante en una multiplicidad de eventos que, ponerse a trabajar en área que es fundamental en estos tiempos.

El asunto se ha complicado, fue destituida Marlene Alonso Meneses por el Consejo; fue nombrado un nuevo titular que el Congreso no reconoce; inició una guerra mediática -cada consejero es entrevistado en el medio de su preferencia-; hay parálisis en el organismo por la guerra intestina que enfrentan los consejeros.

Parece que no hay quien ponga orden en Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado, en donde los propios consejeros han destapado la cloaca.

Se habla de nepotismo; de irregularidades, desde la elección de los consejeros; de despidos injustificados; de violencia laboral; de violencia de género y lo que se sume esta semana.

 

A pie de página

Con la continuidad del actual Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado se desvanece la posibilidad de un trabajo serio en pro de la transparencia en Tlaxcala.

Las pugnas son tan fuertes que el Congreso del Estado debería tomarse más en serio el asunto e iniciar un nuevo proceso para la renovación de los miembros del organismo. La situación es insostenible.

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