Apizaco es una de las ciudades más jóvenes del estado de Tlaxcala, si bien su origen se remonta a lo que hoy conocemos como San Luis Apizaquito, cuya prosperidad fue en gran medida propiciada por una fábrica textil fundada por españoles, concretamente Francisco López Arroñez, la cual tuvo mucho éxito hecho que se reflejó ampliamente en la zona.

Posteriormente llegó la época del ferrocarril y consideraron este punto como de tránsito obligado entre México y Veracruz, ya desde la época prehispánica fungía como tal uniendo ambos puntos. Para llevar a cabo los trabajos del tendido ferroviario se decidió instalar un campamento que adquirió el nombre de la población más cercana, San Luis Apizaco, aunque en ese momento no se dimensionó que ese campamento llegaría a convertirse en una importante ciudad.

No hubo ningún acto protocolario, tampoco algún acta o documento que atestiguara el inicio formal de actividades de este asentamiento, por lo que se calcula como una fecha tentativa el primero de marzo de 1866 en base a un reporte sobre los trabajos del ferrocarril que el ingeniero Guillermo Lloyd escribió al ministro de fomento.

El primero de junio de 1869 se inauguró el tramo entre Apizaco y Santa Ana Chiautempan; el 16 de septiembre de 1869 el presidente Benito Juárez García inauguró la línea México – Apizaco – Puebla; en 1867 ya había sido inaugurado el tramo México, Apizaco, Chiautempan, Tlaxcala-Puebla; posteriormente el presidente Sebastián Lerdo de Tejada inauguró en 1873 el tren México-Veracruz.

De tal manera que podemos observar la importancia que tuvo este lugar en el tendido de las vías del ferrocarril, quedando como un punto medio entre la Ciudad de México, Puebla y Veracruz, además de todas las estaciones importantes que existían entre estas ciudades.

La turbulencia política no obstruyó el crecimiento de Apizaco, que obtuvo el reconocimiento como municipio de Barrón-Escandón, Distrito de Cuauhtémoc, se anexaron a su territorio varias localidades y bajo la administración del gobernador Próspero Cahuantzi, se le continuó dando forma a este proyecto con la construcción de infraestructura educativa, oficinas públicas, un zócalo, pozos, entre todo lo necesario para una ciudad.

La actividad fabril también continuó su desarrollo contribuyendo a dar empleo a la población y a la bonanza de la zona que debió ampliar su trazo para dar cabida a la gente que acudía atraída por su éxito.

Algo que llama la atención de esta ciudad es el trazo perfecto de sus calles, por lo que se la ha llamado la “Ciudad Modelo”, son muchas las razones por las cuales Apizaco cobra relevancia no solo en Tlaxcala, sino en el país, ante esto, las vicisitudes por las que atraviesa en la actualidad deben ser atendidas con prontitud.

Desde hace ya varios años se pueden observar unas calles llenas de baches situación que nada más no mejora con el tiempo, cuestión inexplicable, otro punto importante es el comercio ambulante, cuya reglamentación se ha tornado difícil y desgastante para el gobierno en turno y dada la importancia comercial de la ciudad, la seguridad es un aspecto más a tomar en cuenta.

Recientemente se ha celebrado el 152 aniversario y el pujante desarrollo de la ciudad sigue en boga, es por esta razón que los temas antes mencionados no deben descuidarse, entre otros tantos que seguramente la población podrá mencionar para poder seguir siendo con mucho orgullo la “Ciudad Modelo”.

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