Escrito por: Serafín Ríos Elorza

El 22 de abril se cumplieron 500 años de la llegada de Cortés al hoy estado de Veracruz, pero según León Portilla, los mexicas habían observado las actividades de Cortés desde Yucatán. La conflictiva situación sociopolítica que reinaba en Mesoamérica, aunado al rol determinante derivado de la alianza estratégica con los tlaxcaltecas, facilitó la empresa invasora. Siendo ésta última motivo de reflexión en este breve articulo por toda la carga histórica-cultural y de estigma que encierra.

Como contexto, tenemos que en la Europa mediterránea de aquellos tiempos prevalecía la cultura greco romana. España y Portugal surgen como grandes potencias marítimas y América se convierte en su objetivo. Cortés acompaña la expedición de Diego de Velázquez a América, quién sienta su base de operaciones en Cuba en 1511. Cortés parte de Cuba, rumbo a meso américa en 1518, arribando a Veracruz el 21 de abril de 1519. Por su parte el mundo mesoamericano comprendía la mitad meridional de México, así como los territorios de Guatemala hasta Costa Rica. En el periodo 200 a 900 d. C., las artes, la arquitectura, el urbanismo, la medición del tiempo, la escritura, la astronomía y las matemáticas alcanzaron su máximo esplendor. Se concebía el tiempo a través de los ciclos agrícolas, utilizaban sistemas de canales y represas para el riego y aplicaban el estilo talud tablero en sus construcciones. Florecían las culturas Maya, Zapoteca, Mixteca, Teotihuacana, Olmeca, Tolteca, Tarasca y Nahuatl, siendo está ultima, la cultura dominante a la llegada de los españoles.

En cuanto al rol desempeñado por el pueblo tlaxcalteca de entonces, se realizan diversas conjeturas, volviéndose reiterativo el calificativo de “traidores”. El propósito de esta colaboración es reflexionar sobre este tema, en la idea de abonar con elementos a su comprensión.

Partiendo del contexto mesoamericano, tomaré como referencia, dos aspectos, torales, según mi perspectiva en la comprensión de este evento: 1) aspectos políticos, los mexicas eran un pueblo guerrero, que tenía sometidos a la mayoría de los pueblos de la época, quienes debían pagarle tributo. Según Monjaraz-Ruíz, la extensión del territorio que controlaba en la etapa anterior a la llegada de los españoles, se conformaba por más de 400 pueblos, señoríos y ciudades-Estado, concluye y que “…El motor de su creación y expansión fue la guerra, y su sostén ideológico la religión, transformada en realidad social mediante los ritos y sacrificios inherentes al culto” (Monjaraz-Ruíz, 1995). De manera particular, el pueblo tlaxcalteca, debido a su postura de rebeldía sistemática, estaba sometido a lo que hoy podríamos llamar “embargo económico”, por parte de los mexicas, teniendo prohibido acceder a artículos de primera necesidad, como: algodón, sal, plumas exóticas y jade. En cuanto a las alianzas, estas eran frecuentes y a conveniencia entre los pueblos mesoamericano, unos se aliaban para incrementar el poder y el control territorial, caso de la Triple Alianza conformada por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan, y también estaban aquellas realizadas entre pueblos oprimidos en aras de atenuar los efectos de la tiranía mexica, como las de Tlaxcaltecas-Huexotzincas y Cholultecas; Puerépechas-Tzintzuntzán y Pátzcuaro o Mixtecos con Tilantongo-Teozacoalco y Zaachila en el Valle de Oaxaca, y 2) la cosmovisión, se mantenía la leyenda del regreso de Quetzalcóatl, a decir de Johansson Patrick “Un mundo que espera el regreso de un dios desterrado se tropieza con un mundo que avanza, en el tiempo y en el espacio […] El mito enfrenta la historia […] Más que dos mundos, dos tiempos se encuentran”, creencia que de manera relevante influye en la decisión de los señores tlaxcaltecas de concretar la alianza con Cortés, a pesar de la resistencia de Xicoténcatl el joven. Según Díaz (2015), una cuestión determinante a considerar es la concepción de la guerra, esta para los europeos tenía como objetivo aniquilar al enemigo, en tanto en el mundo mesoamericano, era la toma de prisioneros, para brindar la sangre de los guerreros a los dioses, garantizando así, el ciclo de la vida. Esta visión, posibilitó a los españoles y sus aliados totonacos, salvar sus vidas en sus enfrentamientos con los tlaxcaltecas, ya que teniéndoles a su merced, en enfrentamientos previos a la alianza, el ejército tlaxcalteca se detenía para “no tomar ventaja”, ante un rival sometido. Seguramente, las treguas entre combates, posibilitaron el acercamiento que derivó en alianza.

Recapitulando tenemos que el pueblo tlaxcalteca a la llegada de los españoles padecía el asedio de los mexicas, teniendo prohibido comerciar con los pueblos costeros y del sur, y sin posibilidad de ser un altepetl (ciudad con territorio propio). En relación a las alianzas, estas eran comunes en el mundo mesoamericano. Entonces tenemos, que si el estigma de traidores a los tlaxcaltecas es por cuestiones de aliarse a Cortés, recordemos que la primera gran alianza que este realiza en Mesoamérica, es con los totonacas de Zempoala en Veracruz, quienes le guiaron hasta Tlaxcala. Así también cabe preguntarnos, adicionalmente: ¿Cuál es el sentimiento de un pueblo sojuzgado ante la posibilidad de liberarse de sus opresores?, por lo acontecido, prevaleció el sentimiento en los tlaxcaltecas de reivindicarse como pueblo libre; y ¿Los tlaxcaltecas traidores? a ¿Quién?, recordemos que México no existía como país, era un territorio “… Donde la guerra era algo común y los distintos pueblos formaban alianzas temporales para disputar el acceso a tierras fértiles y otros recursos… y también para ser libres de la opresión del poderoso imperio mexica” (Díaz, 2015). Entonces basados en la tradición mesoamericana, las motivaciones de los tlaxcaltecas, para proceder a una alianza con los españoles fueron, primero liberarse del yugo opresor de los mexicas reivindicando sus derechos de pueblo libre, y posteriormente, tal vez sin proponérselo, erigirse en artífices de la configuración del México, que hoy conocemos.

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