La semana anterior en Tlaxcala podría ser etiquetada como taurina al ciento por ciento, a partir de los acontecimientos y ambiente que se generó por dos festejos taurinos que no tuvieron desperdicio alguno, y para los cuales se notó cierta conciencia ciudadana.

El primer festejo taurino a manera de festival se llevó a cabo en la plaza de toros Rodolfo Rodríguez “El Pana”, en Apizaco, el pasado miércoles 16 de septiembre con una asistencia reducida de público y siguiendo todas las medidas de cuidado para prevenir contagios en la todavía existente pandemia generada por la nueva cepa de Coronavirus.

La iniciativa del ayuntamiento apizaquense que, si por algo se distingue es precisamente por su afición a los toros, fue favorable en términos de, primero, generar ingresos para la llamada economía del toro, pero también, para reactivar uno de los sectores turísticos más importantes para Tlaxcala.

Si bien hubo críticas hacia el evento en términos de la organización y el cuidado, lo cierto es que el comportamiento de cada aficionado asistente es y será el determinante para calificar al evento como favorable, o un fracaso.

Y en este sentido, consideramos que no fue ni uno, ni otro, pues hay que decir que, para haber sido una especie de prueba piloto para lo que serán próximos festejos muy probablemente con un aforo reducido, resultó favorable, aunque eso no garantiza que no hubiera detalles en los cuales habrá que trabajar.

En las inmediaciones de la plaza de toros se notó a prácticamente todo el público asistente con cubrebocas, aplicando alcohol en gel o líquido desinfectante, mismo protocolo que se vivió al entrar al escenario taurino.

¡150 años de Piedras Negras!

La semana taurina se abrochó con el festejo taurino en el marco del aniversario 150 de una de las ganaderías prócer de la cabaña brava mexicana, Piedras Negras.

Se trató de una corrida charro taurina que formó parte de un serial de eventos en honor a esa ganadería que se ha distinguido a nivel internacional por la crianza de auténticos toros bravos, y el sábado anterior no fue la excepción, pues se trató de un encierro con presencia, años y edad, algo que, sin duda, caracteriza a la ganadería de la divisa negro y rojo.

La lidia estuvo a cargo de los matadores Jerónimo, Fermín Rivera y Diego Silveti, quienes, sin duda, sudaron y pasaron aceite para lidiar a los siempre difíciles “piedrenegrinos”, pero que pudieron lucir cuando menos, en uno de los de su lote respectivo.

No cabe duda que para poderle a un toro de Piedras Negras hay que tener muchos toros encima como matador, lo mismo para domeñar las duras embestidas de esas reses bravas, que para intentar ligar el toreo. No dudamos que los tres toreros sumen puntos considerables en su madurez como lidiadores con corridas de esta naturaleza que tanto gustan a los aficionados llamados puristas, pero también alejadas de los toros sin transmisión que de unos años para acá se han puesto de moda en México.

Lo del sábado sin duda fue interesante, con las personas justas para presenciar el festejo en el callejón, sin acceso al público, pero con la televisión como aliada para que la afición diera seguimiento a la corrida que, sin duda, dejó un buen sabor de boca en ocasión del cumpleaños 150 de los “Piedras”.

Tlaxcala volvió a estar en el escenario mundial, ya que gracias a la tecnología, el festejo pudo ser seguido por afición de todo el país, pero también en países como España que jalaron la trasmisión de las redes sociales de la Secretaría de Turismo de Tlaxcala para llevarla a los taurinos allende los mares.

Hay que resaltar los dos brindis que ofrecieron Jerónimo y Diego Silveti en sus toros; el primero dedicado al gobernador Marco Mena Rodríguez, por ser impulsor de la actividad taurina en Tlaxcala, lo que lo convierte además en un protector de esta actividad que genera mucho, para muchos. El segundo, fue aún más memorable, el llamado hijo del «Rey David», dedicó la muerte de su toro a todo el personal médico, pero también a las víctimas que perdieron la batalla contra la Covid-19.

Se cancela la feria de Tlaxcala 2020

Es un hecho que este difícil año no habrá feria en Tlaxcala, debido a la presencia entre la población del virus SARS-CoV2.

La medida ya la habíamos advertido desde hace varias entregas de este espacio. Las condiciones aún no son las propicias para que en Tlaxcala entremos en una fase de relajación, aunque en los hechos, en la calle podemos notar que prácticamente todo regresó a la normalidad.

La feria de Tlaxcala constituye un espectáculo masivo que evidentemente representará un riesgo para organizadores, asistentes y artistas, es decir, para todo el círculo que conforma ese festejo tan esperado por los tlaxcaltecas.

En términos económicos, la pérdida será catastrófica para un estado que, durante el último trimestre de cada año, registra derramas considerables en términos de visitantes no únicamente por el tema de feria, sino por la festividad de Todos Santos y Día de Muertos, y también los festejos taurinos.

Sin embargo, hay un rayo de esperanza. Al parecer, ya hay algunos interesados en organizar festejos taurinos con un aforo sumamente reducido en la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero”, y evidentemente con todas las medidas de cuidado que reduzcan la posibilidad de un contagio de Coronavirus. Ya veremos.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here