Luis Manuel Vázquez Morales

Han pasado más de cinco meses y las escuelas se encuentran cerradas, los patios cubiertos de polvo, las áreas verdes se han convertido en matorrales y que decir de los salones, cerrados con las sillas y las mesas arrinconadas. Son espacios vacíos, sin vida, sin la luz que día a día emerge de las miradas y sonrisas de los alumnos.

Mientras tanto, en sus casas, los maestros tratan de sobrellevar la situación acondicionando espacios, la sala es ahora un aula improvisada y la mesa se ha convertido en escritorio. A los que bien les va, batallan con la red, toman curso por video llamada en el celular y dan clase con la computadora. Otros, trabajan en un café internet, en casas de familiares o en el aula de medios de las escuelas. Por otro lado, algunos maestros acogen en sus casas a los alumnos de escasos recursos, y finalmente, los que fotocopian las actividades y sin el menor temor al contagio, visitan las casas de sus estudiantes que, si no tienen una televisión, menos un celular y mucho menos una computadora.

Al mismo tiempo que se suspendieron las actividades escolares, el discurso de las autoridades de la Secretaría de Educación Pública, en voz de Esteban Moctezuma Barragán exaltaban la importancia de la labor docente, con el argumento de que los maestros son insustituibles y parte fundamental en el desarrollo de los niños y jóvenes que día a día dan vida a las escuelas.

A través de Páginas del presente se ha conocido y reconocido a los tlaxcaltecas que han destacado en la política, la arqueología, las letras y a personajes históricos que han contribuido con el desarrollo y esplendor tlaxcalteca. Hoy se presenta la oportunidad de reconocer a los héroes sin capa y espada que han luchado desde sus trincheras para seguir educando a sus alumnos con vocación y amor. Con lo anterior se confirma, los MAESTROS son insustituibles.

Con 35 años de servicio en el nivel primaria, Ofelia Castillo Romero maestra orgullosamente tlaxcalteca, relata cómo ha vivido y ha adaptado su labor docente para seguir acompañando a sus alumnos de segundo grado de la Escuela Primaria Rural “Vicente Xicohténcatl” de la comunidad de San Esteban Tizatlan, Tlaxcala, con el mismo arrojo del joven Xicohténcatl y la fuerza indomable de Tlahuicole.

La maestra Ofe, como la conocen en la comunidad, relata que la educación ha evolucionado, las tecnologías educativas han avanzado, “lo que en su momento fueron un pizarrón verde, gises y borrador, con el paso del tiempo se convirtieron en pizarrones blancos y marcadores, ahora son celulares, televisiones y computadoras”. Educar en tiempos de pandemia “ha sido un reto, he aprendido cosas nuevas, soy de una generación en la que la tecnología no era tan necesaria, tuve que aprender a utilizar estas herramientas para poder continuar con el proceso de enseña-aprendizaje, pero, sí ha sido un poco complicado, un poco difícil, no es lo mismo estar en un aula”.

Las autoridades educativas y la sociedad en general han exaltado la importancia de la escuela como un lugar donde los alumnos adquieren un sentido de pertenencia, donde los docentes son más que maestros. Ante esta situación la Maestra Ofe señala “Es importante el contacto físico, recibir el afecto de los niños, el ver sus caritas sonrientes, hay que reconocer que en ocasiones la escuela es el lugar más seguro de algunos niños. Definitivamente ahorita nuestros niños están solos y tristes, hasta que llegan mamá o papá; es preocupante todo esto, nunca se ha vivido algo así, también enferma la situación de estar en casa, estar todo el día en casita no es tan saludable. En mi caso, estar sin el contacto de mis compañeros, de mis amigos y mis familiares, sin poder salir con tranquilidad, con mucha precaución, sobre todo porque soy una maestra de 55 años muy propensa a contagiarme, pero aquí estoy”.

Ante el incierto inicio del ciclo escolar, la Maestra Ofe se dio a la tarea de comunicarse con sus alumnos y llevar a cabo la evaluación diagnóstica “para poder saber cómo están mis alumnos tuve que hacer videollamadas por WhatsApp, además de valorarlos, los pude ver, me sentí feliz, pero también me llenó de mucha incertidumbre, mucha tristeza, de mucha melancolía porque vi a mis niños, algunos tristes, aburridos y desesperados. Saber si sus padres los apoyaron desde marzo a la fecha, ya que muchos viven con los familiares. En las casas humildes tuvieron que tapar con sábanas”. Enfatiza, “definitivamente tengo un alumnito que me preocupa mucho, vive con su abuelita materna, la mamá tiene que salir a trabajar todos los días, en casa hay una sola televisión y un teléfono sin WhatsApp, solo el celular del papá tiene esta aplicación, pero están separados”.

La educación actual se ha convertido en un reto doble. Por un lado, las familias de bajos recursos tienen que salir a buscar la economía subsistir. Se encuentran en la dicotomía de si le ponen saldo al teléfono o hacen de comer. Por otra parte, los maestros tienen diseñar actividades para este tipo de alumnos. En sus palabras, “esta situación atenta contra los derechos de los niños, no tienen derecho a jugar, no salen de su casa, pero es comprensible”.

Además de ser la pregunta del millón, el reto de la Maestra Ofelia para el Ciclo Escolar 2020-2021 es, primeramente “regresar a nuestras clases presenciales, diseñar actividades para lograr aprendizajes significativos, trabajar de manera transversal. En estos momentos estamos trabajando los dos ciclos en uno, pero ahora en clases virtuales, debo trabajar con actividades para mis niños que no han adquirido la motricidad fina. Debo capacitarme para atender a mis alumnos en estos tiempos modernos, en el que los niños han perdido esa vinculación con la comunidad, el que vayan a la tienda, que observen lo que hay en su contexto, eso también es educación”.

Iniciar actividades por chat, es una situación innovadora que permite ayudar a los alumnos a organizar información y obtener lo más relevante, ya que muchos no tienen estas posibilidades. Existen familias que no pueden descargar las actividades, ni mucho menos imprimir los materiales. Para ella, el verdadero reto será “poder regularizar a estos pequeños que tengo en segundo grado para que puedan estar en tercero con los aprendizajes más elementales, que se cumpla con el perfil deseado, como se plasma en el Plan y programas de estudio”.

Los alumnos se encuentran sentados frente al monitor de las 11:00 a las 13:00 horas, sin que los padres sepan que están aprendiendo, solo es estar sentados por mucho tiempo, eso no es aprender, no hay interacción. Si los padres no tienen preparación, cómo van a apoyar a sus hijos.

El hecho de que la escuela se encuentre en una comunidad de la ciudad capital, no la exenta de los problemas sociales que perjudican a los procesos educativos. Además de la situación económica, el problema de la comunidad es la desintegración familiar, padres muy jóvenes con un nivel educativo que es elemental.

Finalmente, la Maestra Ofelia les envía un mensaje a sus alumnos, “quiero mandarles un afectuoso abrazo, muy fuerte, muy caluroso y decirles que estos tiempos han sido difíciles no nada más para ustedes, sino para toda la sociedad, es una etapa que no van a olvidar jamás porque ya somos parte de una historia; estamos dejando una huella histórica porque no habíamos pasado este tipo de confinamiento. Por el momento las clases son a través de un monitor, pero pronto estaremos en las aulas de manera presencial, por ahora nos toca cuidarnos y protegernos, pero sobre todo respetar a papá y mamá. Ellos también se han visto afectados, requieren un abrazo, un apapacho, quieren escuchar un Te Amo. Tengan presente que los adultos necesitamos afecto. Yo los quiero mucho mis niños, los extraño y deseo de todo corazón qué cuando regresemos de manera presencial podamos darnos un abrazo tan hermoso que nos dure toda la vida”.

El compromiso con la educación sigue vivo, la vocación por enseñar es vigente en cada uno de los maestros del sistema educativo nacional. Tlaxcala es un estado con una tradición educativa muy arraigada, que se vive y se siente en los miles de maestros que hoy se encuentran postrados ante las computadoras y los celulares. Los maestros viven el afán educativo con el que se formaron. Viven con el orgullo de ser quienes educan en el conocimiento, las artes y los oficios.

La Maestra Ofelia Castillo Romero y los maestros de Tlaxcala, México y el mundo son los héroes sin capa y espada que han sostenido a una sociedad abatida por la pandemia actual. Con su labor se confirman las palabras de las autoridades, “Los maestros son insustituibles”.

luis_clio@hotmail.com

@LuisVazquezCar

 

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