A lo largo de muchos años los agricultores confían en una serie de prácticas ancestrales para poder predecir los temporales que se van a presentar durante todo el año, uno de los más milenarios que hasta la fecha siguen confiando son las cabañuelas, es decir el servicio meteorológico del pasado.

Este sistema de predicción se ha ido heredando por muchas generaciones, en la actualidad existen nuevos métodos más tecnológicos para actualizar el clima de manera casi instantánea, pero para los agricultores tradicionales, el uso de las cabañuelas en el mes de enero  será el punto idóneo para planear sus tiempos de preparación, siembra y cosecha del campo.

Los trabajadores del campo suelen valerse de las cabañuelas mediante la observación de los cambios climáticos durante los doce primeros días del mes de enero asemejando cada mes que conforma un año, es decir, que el día uno es el similar a enero, el dos a febrero, así hasta llegar al mes de diciembre, por tal motivo es muy común que a inicios del año los cambios repentinos de temperatura y clima ambiental se vuelvan repentinamente inestables.

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